El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Besos escondidos en la Ciudad de México

Nota sobre Besos escondidos en la Ciudad de México
Te presentamos nueve escenas de enamorados besándose “atrapadas” en la fachada de uno de los edificios más bellos del DF, así como en las colecciones de tres estupendos museos de arte.

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5 "besos de Rodin” en el Museo Soumaya" Inaugurado en marzo de 2011, el Museo Soumaya (Plaza Carso) exhibe, en su Sala 6 una estupenda colección de esculturas del maestro francés Auguste Rodin. De entre este lote, el más grande acervo de obras del artista oriundo de París reunidas en territorio no francés, destacan cinco besos que a continuación presentamos: El primero es una pieza tallada por Rodin, en 1886 en bronce con pátina café, titulada sencillamente así: El Beso. La segunda, muy similar a la anterior, también fue tallada en 1886, y muestra la misma escena que en la escultura con pátina café pero notablemente más lisa en su tallado. Titulada “La Eterna Primavera”, esta obra del maestro Rodin fue elaborada en 1884, en mármol blanco. ¿Notas cómo el artista ahora lleva su obsesión por los besos a otro soporte pero igualmente tratado de manera magistral? Continuando con la misma zaga de “La Eterna Primavera” este beso fue tallado también en 1884 pero, a diferencia del otro, éste fue hecho en bronce y en un formato mucho mayor. Notablemente similar al beso anterior, esta “Eterna Primavera” presenta en su realización una especie como de fondo que parece prolongarse hasta alcanzar el brazo del varón. Esta pieza, aparte de por su notable realismo, destaca por el triunfo que el artista francés logró sobre el bronce patinado en tonalidades café. ¡Sencillamente irrepetible! ¿Ya los conocías?