El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Conoce algunos seres mágicos del México Antiguo

Nota sobre Conoce algunos seres mágicos del México Antiguo

A partir de sueños, augurios, o explicaciones de los fenómenos naturales, desde una perspectiva cimentada en la otredad, los mitos y leyendas del México Prehispánico nos hablan acerca de seres formidables, entidades provenientes de lo más profundo de la psique colectiva de nuestros antepasados, de sus temores y anhelos colectivos.

Referentes de vida de las grandes culturas indígenas de Mesoamérica, las criaturas fantásticas que mencionaremos, son interesantes de conocer también, por lo que nos revelan acerca de nuestra idiosincrasia actual, como mexicanos. La serpiente de la jícara

Fuentes antiguas la describen como un ofidio extremadamente oscuro.

En la espalda llevaba una suerte de jícara y de allí el por qué de su nombre. Desde esta jícara irradiaban los colores más hermosos. Quien observaba esta jícara flotando entre las aguas de las lagunas, al ir atraído en pos de ella, era sorprendido por el monstruo. Esta aviesa sierpe, negra como la noche, se valía de tal estrategia de caza, para ultimar a los viajeros solitarios en las regiones silvestres del México Antiguo. Pico de obsidiana

Era un ave extraña y siniestra y quien la contemplaba, estaba condenado a un aciago destino.

Los mexicas la llamaban Pico de Obsidiana. De acuerdo a los informantes de Sahagún, no era más grande que una paloma, tenía cabeza negra, cola y alas de pequeño tamaño, tres picos y dos lenguas. Sus picos estaban colocados uno sobre otro. El ave Pico de Obsidiana, sobrevolaba las lagunas, en las lúgubres noches. El venado bicéfalo

Cierta importante obra de Cecilio Robelo, refiere que, de acuerdo a antiguos mitos nahuas, un prodigioso venado de dos cabezas cayó del cielo.

Este fenómeno estuvo acompañado de un estrépito descomunal. El azteca Camaxtle recogió al venado bicéfalo y lo llevó con las huestes del gran Cuitlahuac. Los mexicas lo alimentaban con conejos, mariposas y culebras. A lo largo de los combates de los aztecas, Camaxtle llevaba a cuestas al venado bicéfalo, y gracias a ello, se distinguía sobremanera. El increíble amuleto le hacía lograr grandes proezas. Sin embargo, en cierta ocasión, Camaxtle, crecido en su orgullo por tantas victorias, ofendió al dios Tezcatlipoca. Entonces el numen, furioso, le quitó a Camaxtle su mágico apoyo: el venado de dos cabezas. Desde entonces, Camaxtle nunca más destacó en combate.

La figura del venado mágico también puede hallarse en otras culturas prehispánicas, como el rey de los venados, llamado Zip, de los mayas, o el padre del dios Sirahtatahperi, de los tarascos, el cual se transformó en venado, con crines y una larga cola.

Los huicholes, por su parte, veneraban a Kallaumari, el gran venado azul.