El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Equinoccio de Primavera en Tula, Hidalgo

Nota sobre Equinoccio de Primavera en Tula, Hidalgo

Según antiguas tradiciones, la ciudad precolombina de Tula, una de las más importantes urbes indígenas, tuvo como gobernante a Ce-Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl, un mítico héroe y sacerdote protagonista de antiguas tradiciones y leyendas.

Por ello, este yacimiento arqueológico del Estado de Hidalgo, está repleta de magia y es uno de los mejores lugares para cargar energías positivas durante el fenómeno del equinoccio de primavera en este 2017. No te pierdas sus sorprendentes simbolismos, anécdotas históricas e impresionantes monumentos.

Los historiadores indígenas mencionan que un personaje llamado Quetzalcóatl, cuyo nombre quiere decir serpiente emplumada, tuvo un rol indispensable para conseguir la armonía entre los distintos grupos indígenas de cazadores-recolectores y que se dedicarán a la agricultura.

Gracias a ello Quetzalcóatl pudo fundar en el siglo X después de Cristo la gran ciudad de Tula, localizada al norte de México, en lo que actualmente es el territorio hidalguense.

Mientras duró el reinado de Quetzalcóatl la urbe de Tula se hizo célebre por sus grandes palacios adornados con jade y los imponentes penachos de plumas de sus sacerdotes.

También se admiraba la notable fertilidad de las tierras de Tula, por lo cual no era extraño que numerosas caravanas de comerciantes la visitaran llevando exóticas mercancías como pieles de jaguar, metales preciosos, cacao, jades, cerámicas y objetos de cerámica elaborados en Guatemala y Chiapas.

De entre las estructuras más importantes del sitio arqueológico de Tula hay que mencionar el magnífico palacio de tres patios, dotado de varias columnas que sostenían un enorme techo.

En torno de los muros pueden observarse los vestigios de banquetas rituales en donde se observan las siluetas de guerreros lujosamente adornados avanzando en procesión. Por hallar señales de un antiguo incendio, el edificio recibió el nombre de “El Palacio Quemado”.

También destacan los restos de una gran plaza de planta cuadrangular, dotada de un altar central y varias escalinatas donde se realizaban ceremoniales cotidianos.

En una de las esquinas de esta plaza fue hallado un basamento piramidal que incluía en su interior las famosas columnas con forma de guerreros, a las cuales hasta la fecha les conoce como “atlantes”. Se piensa que, en la cosmovisión de los habitantes del lugar, los atlantes sostenían el universo.

Hoy en día visitar la zona arqueológica de Tula nos acerca a sus mitos y anécdotas históricas.

Tula es el resultado de la labor pacifista y civilizadora del sacerdote Quetzalcóatl. Pero además la antigua ciudad de Tula es fascinante por haber sido el entorno donde se fusionaron tradiciones mayas con las cultivadas por los pueblos del Altiplano Central: es un sitio arqueológico que nos revela la huella cultural de los mayas en el centro del actual territorio mexicano.

Cuando llega el equinoccio primaveral se presenta una intensa llegada de turistas en el sitio arqueológico de Tula.

Los turistas sacan provecho del arribo de la primavera para cargar el alma de energías en la gran plaza de los atlantes de Tula. Se han registrado el día del inicio del equinoccio más de 4 mil visitantes al yacimiento prehispánico de Tula. Las personas acuden a los lugares más representativos del yacimiento portando prendas blancas, listos para realizar rituales de influencia precolombina, relacionados con el comienzo de la primavera, un tiempo de plenitud, evolución y profunda renovación.

Las áreas prehispánicas visualizadas por muchas personas como centros de energía, son los sitios más visitados al comienzo del equinoccio para captar los nuevos rayos del sol y llenar de fuerzas más grandes el espíritu.

Uno de los focos energéticos de mayor relevancia a nivel nacional es el sitio arqueológico de Tula.

Aunado a lo anterior, eventualmente se llevan a cabo en la región eventos de promoción turística para aprovechar el interés despertado por el equinoccio primaveral.

Por ejemplo, es sencillo hallar ventas de curados de pulque y de productos artesanales, conciertos de música clásica y popular, talleres infantiles de creación de objetos de barro, aprendizaje de otomí, elaboración de dulces típicos y exhibiciones de danza prehispánica.

Disfrutar la llegada del equinoccio en el sitio arqueológico de Tula, implica comprender en qué consiste este fenómeno astronómico.

Es el periodo cuando los días tienen la misma duración que las noches en todas las regiones del mundo a excepción de los polos y acontece dos veces al año, uno en otoño y otro en primavera.