El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Oaxaca, un estado con riqueza cultural

Nota sobre Oaxaca, un estado con riqueza cultural

Oaxaca ofrece al turismo diferentes museos e iglesias novohispanas de enorme belleza e importancia histórica.

Pero otro de los factores que explican su peculiar encanto, es la combinación de tradiciones culturales que se observa en sus calles. Mixtecos, zapotecos y otras etnias indígenas se dan cita los fines de semana en el mercado de abastos para poner a la venta sus artesanías. Los procedimientos tradicionales para la elaboración de objetos en metal, cerámica, y productos textiles se preservan de generación en generación. Incluso los visitantes pueden contemplar de cerca estos trabajos en los talleres de los pueblos colindantes a la capital oaxaqueña.

En la comunidad de Santa María Atzompa, a unos 8 kilómetros al oeste de la ciudad de Oaxaca, habitan numerosos artesanos, maestros en la elaboración de cerámica esmaltada verde, que tanta celebridad le ha dado al pueblo.

En otra comunidad oaxaqueña, San Antonio Arrazola, cerca del sitio arqueológico de Monte Albán, se realizan admirables tallas animales en madera pintada.

Otro sitio de gran interés en Oaxaca, desde el enfoque del turismo cultural, es Culiápam de Guerrero.

Se trata de un antiguo convento levantado sobre una pirámide zapoteca, en 1550. Tras haber sido abandonado, dos centurias después, preserva todavía valiosos detalles arquitectónicos y pinturas murales de notable belleza. Este complejo conventual destaca asimismo por su fachada barroca y su nave con grandes columnas y gruesos muros, capaces de soportar estoicamente fuertes terremotos. En el patio del claustro de este ex convento, se observa un monumento dedicado a Vicente Guerrero, gran figura de la Independencia de México. Cabe recordar que este prócer estuvo cautivo en tal convento, de manera previa a su fusilamiento en 1831.

A unos 16 kilómetros al suroeste de Oaxaca, siguiendo esta misma carretera, se localiza Zaachila, la cual fue la última gran ciudad zapoteca.

En esta área prehispánica se pueden visitar una pirámide y dos tumbas. Igual de interesante es San Bartolo Coyotepec, 10 kilómetros al sur, pueblo que se ha hecho célebre en el mundo por el barro negro brillante que se trabaja en este lugar. Tanto la cerámica verde de Santa María Atzompa, como el barro negro de San Bartolo Coyotepec, son muestras de la rica tradición artesanal de esta hermosa entidad de nuestro México.

Finalmente, hay que mencionar algunas de las fiestas populares más importantes de Oaxaca.

Es este aspecto sobresalen: la Guelaguetza, las festividades de Semana Santa, la Feria de San Cristobal y la Noche de los Rábanos.