El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Pueblos fantasma del estado de Chihuahua

Nota sobre Pueblos fantasma del estado de Chihuahua

Entre las comunidades de Parral y Jiménez aparece un impresionante pueblo fantasma.

Se trata de Julietas, una población minera agotada hasta el límite. Julietas tuvo su mejor momento en la primera mitad del siglo pasado. En la actualidad solo quedan algunos vestigios de su esplendor minero, cuando la plata era abundante y atraía a gente de todos los rumbos del país.

Además, en otro rincón del territorio chihuahuense, cerca del mineral San Francisco del Oro, otra de las que aparecieron en los comienzos del siglo XVII, puede hallarse la mina de Clarines, misma que fue abandonada hasta muy recientemente.

De este lugar fueron extraídas inmensas cantidades de plata y plomo, en especial durante los primeros años del siglo XX. No obstante, en la actualidad solo quedan en el lugar algunas instalaciones mineras desoladas y un pueblo fantasma de pequeñas dimensiones.

En la zona noroeste de Chihuahua, en una zona no muy retirada de Casas Grandes, en el centro de una gran llanura, se levantan los restos de otro mineral abandonado.

Se trata de Corralitos, el cual, durante el siglo XIX, tuvo un periodo de enorme auge. De esta mina surgió una buena parte de la fortuna de la familia Zuloaga, de gran prestigio a nivel regional. Baste con mencionar que uno de sus miembros, Félix María Zuloaga, fue electo presidente del país, en 1858.

En la zona central de Chihuahua, en las cercanías de Cuauhtémoc, se ubica la comunidad semifantasma de Cusihuiriachi, cuyas vetas de metales preciosos fueron halladas en el siglo XVII, y siguieron suministrando plata hasta bien entrada la década de los 30 del siglo XX.

Cuando las vetas se agotaron, la población quedó casi en el abandono. Sorprende saber que Cusihuiriachi sigue siendo la cabecera municipal del municipio homónimo. Las autoridades locales parecen ser las únicas que le dan un poco de vitalidad a este pueblo vacío, pero incluso ni el presidente municipal de Cusihuiriachi vive allí, ya que habita en la comunidad de Cuauhtémoc.

Otro impactante pueblo fantasma del estado de Chihuahua aparece en la Sierra de Santa Eulalia, en las cercanías de la capital del estado.

Ciertas minas de plata descubiertas en 1702 hicieron surgir el pueblo de Santa Eulalia, en 1707 y dos años después, a la propia ciudad de Chihuahua. Mina Vieja estuvo activa durante 250 años hasta que se agotó, lo cual derivó en su abandono y en el de la comunidad anexa a e