El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Revelan maravilloso secreto escondido debajo de la gran pirámide maya de Kukulcán

Nota sobre Revelan maravilloso secreto escondido debajo de la gran pirámide maya de Kukulcán

La gran pirámide de Kukulcán o El Castillo en la zona arqueológica de Chichén Itzá, es uno de los vestigios más emblemáticos de la cultura maya.

Después de casi un siglo de ser estudiada por los arqueólogos modernos, la maravillosa edificación sigue revelando poco a poco sus secretos celosamente guardados.

A mediados de agosto investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dieron a conocer que descubrieron que la pirámide fue construida encima de un cenote.

Este hallazgo revoluciona todas las teorías que se han hecho sobre el carácter simbólico de la estructura principal de esta ciudad sagrada.

Los cenotes son cuerpos de agua a gran profundidad, que se alimentan de la filtración de agua y corrientes de ríos subterráneos.

Los mayas les dieron una interpretación mística. El cenote sagrado que se encuentra al norte de la pirámide, fue utilizado para hacer sacrificios humanos y depositar ofrendas en honor a los dioses.

El cenote encontrado tiene una extensión de 82 x 98 pies, con una profundidad de 65 pies.

Se sabía que la pirámide fue construida en forma equidistante a otros cuatro cenotes ubicados al norte, sur, este y oeste, por lo que este quinto representaría el "axis mundi" o el eje del mundo, "donde crecía la ceiba sagrada cuyas raíces llegan al inframundo y sus ramas a los cuatro puntos cardinales", dijo el experto en arqueología submarina, Guillermo De Anda.

“Los mayas construyeron la pirámide a sabiendas y con un componente simbólico.

La noticia es un gran descubrimiento porque confirma muchas de nuestras hipótesis: que los mayas querían representar su universo con estas construcciones”, explicó De Anda.

La precisión con la que fue construida la pirámide es sorprendente.

Es un calendario tridimensional exacto, con el número de días, semanas, meses y años, representados en su estructura. Su distribución es simétrica con la ubicación de las constelaciones.

Solamente durante los días de equinoccio (20 o 21 de marzo y 22 o 23 de septiembre), se puede apreciar el descenso de Kukulcán en la pirámide con un juego de luces y sombras único en el mundo.

La cultura maya destacó por su conocimiento avanzado de las ciencias exactas.

Cuando Europa vivía la Edad Media, los mesoamericanos ya dominaban la astronomía, un calendario más exacto que el gregoriano y el número cero.

"¿Cómo diablos se les ocurrió construir semejante belleza de estructura encima de esa cosa?", se preguntó durante la presentación del descubrimiento René Chávez (en la foto de arriba a la derecha), investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.

El mismo instituto explicó que no hay riesgo de que la milenaria edificación colapse, pues se construyó estratégicamente en la esquina de la cámara subterránea.

El descubrimiento fue posible gracias a una técnica desarrollada por la UNAM, basada en el método de la tomografía de resistividad eléctrica, que tiene un porcentaje de efectividad cercano al 100%.

“Obtenemos a la perfección la representación gráfica de un gran cenote bajo la pirámide, así como otras irregularidades que bien podrían ser estructuras subterráneas o rellenos y la presencia de rocas calizas alrededor del cenote”, reveló Chávez Segura.

Los mayas fundaron la ciudad de Chichén Itzá alrededor del año 525 d.

C. y la abandonaron sin razón aparente en el 1250 d.C. Desde la época colonial distintos exploradores han tratado de entenderla y develar sus secretos, aunque hasta el día de hoy se encuentra bajo un velo de misterio.