De acuerdo con el portal de alojamientos, Airbnb, casi un millón de sus anfitriones, 10%, son mayores de 60 años.
El 49% de ellos se unió al programa con el fin de elevar sus ingresos para gastos personales, ya que 56% son jubilados.
Sólo para el 5% es su fuente principal de ingresos.
Estudios de especialistas en el Centro de Longevidad de Stanford han detectado que el aislamiento es un problema grave entre este grupo de la sociedad. De acuerdo con Airbnb 74% de sus anfitriones de esta edad vive solo o en pareja y al recibir a los viajeros tienen la opción de conocer personas de diferentes culturas.
Entre otros beneficios, aumentan su agilidad mental e incrementan su actividad física. Además, se vuelven más confiados ante los desconocidos, ya que abren las puertas de un hogar en el que han vivido en promedio 16 años.
Es tan bueno su desempeño que pueden recibir 7.5% más valoraciones de cinco estrellas que el resto de los anfitriones.