Esta ciudad chiapaneca, una de las más hermosas del sur de la República Mexicana, tuvo su origen en 1528, cuando fue fundada por los conquistadores españoles.

Algo que define a este destino turístico es su esplendido aislamiento, el cual mantuvo durante siglos. Debido a ello, su proyección turística es el de una villa colonial, si bien, culturalmente, refiere a una larga confrontación entre indígenas y criollos. No hay que olvidar que en este pueblo aconteció el levantamiento armado de los zapatistas en la década de los noventas y debido a ello, aún se observa una fuerte presencia militar en la comunidad.

Localizada a 2,300 metros sobre el nivel del mar, en el centro del altiplano chiapaneco, San Cristóbal de las Casas cuenta con un clima excepcionalmente fresco y grato.

Quien la visite con fines turísticos, debe comenzar por la plaza mayor 31 de Marzo. En este lugar se levanta el Palacio Municipal y la admirable Catedral, cuya construcción se comenzó en el siglo XVI y no fue concluida, por frecuentes añadidos y cambios, sino hasta bien entrado el siglo XIX.  Los interiores de la Catedral de San Cristóbal de las Casas son lujosos y atesoran un pulpito con incrustaciones de oro, así como también retablos de gran valía.

Muy cerca de este edificio, aparece otra construcción sacra: se trata del Templo de Santo Domingo, el cual también data del siglo XVI.

Es sin lugar a dudas, la iglesia más vistosa de San Cristóbal de las Casas. Destaca su rosa fachada, interiores de proyección barroca con varios retablos hermosos y un noble púlpito tallado en roble. No lejos de allí, por los rumbos de General Utrilla, se localiza el Mercado Municipal, al cual acuden los indígenas que habitan en los cerros cercanos a la ciudad.

Otro lugar de esta comunidad chiapaneca que te recomendamos ampliamente es el museo y centro de investigación Na Bolom.

Este sitio está enfocado a la investigación y protección de las tradiciones y cultura de los indígenas lacandones y las selvas tropicales donde estos habitan. El centro  Na Bolom fue inaugurado por una pareja de arqueólogos europeos a mediados del siglo XX y desde entonces ha colaborado arduamente para evitar la desaparición de la etnia lacandona.

La iglesia de San Cristóbal y la Iglesia de Guadalupe son otros edificios notables, que además ofrecen el plus, de brindarnos espectaculares vistas de la ciudad desde sus elevados asentamientos.

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