Cholula, enclavada entre los majestuosos volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, es una de las ciudades más antiguas del México prehispánico. Fundada alrededor del año 500 a.C., su nombre en náhuatl, "Agua que cae en el lugar de la huida", hace referencia a una leyenda que narra la llegada de los toltecas y su transformación en el mayor centro ceremonial del Anáhuac dedicado a Quetzalcóatl, la deidad serpiente emplumada. Considerada la cuna del mestizaje, Cholula es un testimonio de la confluencia entre dos mundos y culturas que, a través de los siglos, han moldeado su identidad única.
Cholula es un lugar donde la historia y la cultura se entrelazan de manera fascinante. Desde su fundación en el año 500 a.C. hasta su papel en el mestizaje y la integración cultural, Cholula ofrece una rica tapicería de experiencias para el visitante. Entre la majestuosidad de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y la riqueza de su patrimonio arquitectónico y cultural, Cholula no solo es un destino histórico, sino también un vibrante centro de vida y tradición que continúa encantando a todos los que lo exploran.
Partiendo de la Ciudad de México, el trayecto hacia Cholula dura aproximadamente una hora y media. Al llegar, me alojé en una casona del siglo XVII que perteneció a Don Juan León y Mendoza, un noble de ascendencia indígena y descendiente del linaje supremo de Llamatecuhtli. Hoy, la casona restaurada es un elegante hotel boutique llamado La Quinta Luna, que ofrece precios de hospedaje entre 1650 y 3200 pesos. Sus gruesas paredes de adobe crean un oasis de tranquilidad, aislando el ruido y proporcionando un ambiente sereno.
La Quinta Luna no solo es un lugar de descanso, sino que también ofrece paquetes para conocer la rica cultura, historia y tradiciones de Cholula. A tan solo tres cuadras del hotel se encuentra el Centro Histórico, donde destaca la Plaza de la Concordia, la segunda más grande de México después de la Plaza Metropolitana en la Ciudad de México. La plaza, rodeada por portales construidos en 1593, mide 170 metros de largo y está adornada con 46 arcos. Los portales, originalmente diseñados para ofrecer sombra durante los días de tianguis y festividades, ofrecen una visión de la vida y el comercio en la Cholula colonial.
Para conocer los principales atractivos de Cholula, te recomiendo subir al tranvía turístico. Este recorrido te permitirá apreciar la gran cantidad de iglesias que adornan la ciudad, más de 40 en total. Al final del día, puedes cenar en el Container City, una innovadora área construida a partir de contenedores marítimos, que alberga locales de comida, ropa y bares. No te pierdas La Ceiba, un lugar destacado dentro de este moderno complejo.
Después de un desayuno en La Quinta Luna, comienza tu día explorando la Plaza de la Concordia. Este sitio, que en tiempos prehispánicos albergaba los palacios de los tlatoanis, es comparado con la Meca debido a su importancia como centro de peregrinación hacia la Gran Pirámide dedicada a Quetzalcóatl. Los españoles, al llegar, quedaron impresionados por los vastos mercados y la variedad de productos que se ofrecían. Hoy en día, la plaza sigue siendo un centro vibrante de comercio, especialmente durante eventos especiales como el 8 de septiembre, cuando las poblaciones cercanas se reúnen para intercambiar productos.
Uno de los tesoros arquitectónicos más destacados es la Parroquia de San Pedro, construida en el siglo XVIII. Su interior, cubierto en lámina de oro, alberga una notable pintura de San Miguel, obra de Cristóbal Villalpando, conocido por su estilo manierista. Frente a la parroquia, el Museo Casa del Caballero Águila, ubicado en lo que fuera la casa de Hernán Cortés, ofrece una rica colección de arte prehispánico y novohispano. La restauración de la pintura exterior respeta su composición original, proporcionando una ventana al pasado de la ciudad.
A un corto paseo del museo, se encuentra la Capilla Real o de Naturales del siglo XVI, famosa por su retrato en los catálogos de Guillermo Kahlo. Este edificio, de estilo mozárabe, es similar a una mezquita y es conocido por sus 49 cúpulas. Dentro de la capilla se conserva una pila con flores de cuatro pétalos, símbolo del ciclo de 52 años en la cosmovisión indígena. Junto a la capilla, el Convento de San Gabriel, de estilo neogótico, alberga la Virgen de la Encarnación, venerada por los locales. La Biblioteca Franciscana, ubicada en el antiguo portal de peregrinos, posee un valioso acervo de libros de los siglos XVI al XIX y muestra murales franciscanos que originalmente adornaban el convento.
La jornada continúa con la visita a la Gran Pirámide de Tlachihualtépetl, dedicada a Quetzalcóatl. Desde su cima, a más de 60 metros de altura, se ofrece una vista panorámica impresionante de Cholula. El Museo de Sitio cercano proporciona una maqueta detallada de la pirámide y una copia del mural de los bebedores de pulque, que se encuentra en el patio de los altares. Esta práctica de consumir pulque y otras plantas alucinógenas tenía un propósito ritual, simbolizando la purificación y la conexión con las deidades.
Para cerrar el día, visita la iglesia de Santa María Tonanzintla, un claro ejemplo del sincretismo religioso. Su fachada vibrante, con colores rojos, amarillos y azules, combina elementos católicos y indígenas. Cada detalle tiene doble significado: el católico se centra en la vida de la Virgen María, mientras que el indígena hace referencia al paraíso de Tláloc, al que se ofrecían niños. El altar principal, dedicado a Santa María, también rinde homenaje a la diosa de la fertilidad, destacándose por las manos de frente que evocan su rol primordial.