Tras el arribo de los religiosos franciscanos al actual territorio tlaxcalteca, fueron construidos diversos edificios sacros como conventos y capillas abiertas, para fines de evangelización.
El gran poder de los franciscanos se haría patente de tal manera, durante los siglos XVI y XVII.
Con el advenimiento de la secularización, la cual tuvo como principal figura al obispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza, los franciscanos ya no estuvieron sujetos a las reglamentaciones de los conventos, sino que erigieron novedosas construcciones conocidas como parroquias. Estas últimas fueron autorizadas por el obispo paulatinamente, en un proceso largo, que sería consolidado finalmente en el siglo XVIII.
Todo lo anterior sirve como marco de referencia para comprender la valía turística de un lugar como Altzayanca, en el estado de Tlaxcala.
En esta población se celebra, año con año y con enorme fervor, la fiesta del Santo Patrono de la región, Santiago Apóstol. También se conmemora la edificación de la parroquia local, el noble recinto donde se le venera, el cual se define por su notable colorido y la imponente proyección de su techo, su fachada, sus columnas, esculturas, retablos e imágenes. Todo ello exhibe variados acentos religiosos dignos de contemplar y de admirar.
En el interior de la parroquia de Santiago Apóstol los turistas podrán observar un gran retablo estilo neoclásico, el cual está dedicado al Santo patrono de la región.
Además, en los trasceptos y en la nave se erigen altares también de estilo neoclásico. El piso de la iglesia es de madera y sobresalen de igual manera otros elementos, como una cruz arbolada, un púlpito del siglo XVIII y una sólida pila bautismal.
Pero el pueblo tlaxcalteca de Altzayanca no solo es sobresaliente por sus tesoros de arquitectura sacra, sino además, por las hermosas haciendas que se levantan en sus parajes campiranos.
El conjunto arquitectónico que integran las haciendas de Vista Hermosa, Santa María Zoapila y San Antonio Zoapila, son una muestra de estas construcciones, añosas y bellas, de las que hace gala la comunidad de Altzacanca.
La primera de ellas estuvo dedicada a actividades pulqueras y agrícolas, la segunda, a actividades combinadas, tanto ganaderas como agrícolas y finalmente, la Hacienda San Antonio, se dedicó a trabajos agrícolas.
Estas tres haciendas fueron construidas en diferentes momentos del siglo XIX y son atracciones magnificas para quienes se encuentran de paseo por el pueblo de Altzayanca y sus cercanías.