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Yucatán, un estado con himno y bandera propios, posee una riqueza natural y cultural que lo hace destacar dentro de México. Con una historia profunda y una vibrante herencia maya, este destino es un tesoro que espera ser descubierto. Desde su capital, Mérida, hasta las maravillas naturales y arqueológicas como la Ría de Celestún y Uxmal, Yucatán ofrece una experiencia única y enriquecedora.
Yucatán es un destino que ofrece una inmersión profunda en la cultura y la naturaleza. Desde la vibrante ciudad de Mérida y sus atractivos históricos hasta las maravillas naturales de la Ría de Celestún y los tesoros arqueológicos de Uxmal, este estado tiene algo para todos. Izamal añade un toque pintoresco y cultural a cualquier itinerario.
Ya sea que busques historia, naturaleza o simplemente una deliciosa comida, Yucatán promete una experiencia inolvidable.
En 1960 se inauguró la primera carretera que une Mérida con el centro de México, facilitando el acceso a esta joya del sureste mexicano. Mérida, conocida como la Ciudad Blanca, fue fundada sobre Ichcaanzihó, que significa "cinco cerros". Su apodo proviene de una visita del presidente Porfirio Díaz, durante la cual se pintó todo el poblado de blanco en su honor. Mérida es también una de las ciudades más seguras del país, con una población donde un cuarto de sus habitantes habla maya.
Para disfrutar de Mérida al máximo, recomendamos hospedarse en el hotel Presidente Intercontinental. Este hotel es famoso por sus deliciosos desayunos que incluyen café, bolitas de queso y cochinita pibil. Después de un buen desayuno, una caminata por el Paseo Montejo es imprescindible. Esta avenida está flanqueada por majestuosas casas construidas durante el auge de la industria del henequén, y cuenta con monumentos y las icónicas bancas "confidentes" o "tú y yo", que celebran la poesía y el romanticismo yucatecos.
Uno de los puntos más emblemáticos de Mérida es el Palacio Cantón, una majestuosa casa que fue la primera en tener un elevador en Yucatán. Construida en 1911, fue residencia del gobernador y actualmente alberga el Museo de Antropología e Historia. Aquí, los visitantes pueden sumergirse en la rica historia de la región y admirar una extensa colección de artefactos mayas.
Para mitigar el calor, no hay nada mejor que una visita a la dulcería y sorbetería Colón, donde se pueden disfrutar refrescantes sorbetes y dulces tradicionales. A la hora de la comida, recomendamos probar el tzic de venado con naranjas agrias, un platillo que refleja la fusión de la cocina local con influencias europeas.
Para los amantes de la naturaleza, madrugar para visitar la Ría de Celestún es una experiencia que no se puede perder. Ubicada al oeste de Yucatán, esta reserva natural abarca más de 59 hectáreas y es el hogar del flamenco rosado y otras 234 especies de mamíferos. Aquí se pueden rentar lanchas para observar de cerca estas magníficas aves y pasear por los extensos manglares. La reserva también cuenta con ojos de agua y manantiales donde los visitantes pueden nadar y bucear.
Un guía recomendado es Humberto Gómez, un antropólogo que ofrece tours llenos de historias fascinantes sobre el lugar y los objetos ceremoniales encontrados en la zona. Tras la exploración, el restaurante La Palapa, a 10 minutos de Celestún, es ideal para degustar mariscos frescos con vistas a la playa. No te pierdas los camarones al coco, una delicia local.
Otro destino imperdible es Uxmal, situada a 78 kilómetros de Mérida y parte de la Ruta Puuc. Uxmal, que significa "tres veces construida", fue una ciudad maya poderosa en el sur de Yucatán. Aunque en su época de esplendor contaba con 250 edificios, hoy en día solo quedan 17, siendo el Templo del Adivino uno de los más bellos y emblemáticos.
Debido a la falta de ríos y lagos superficiales en la península de Yucatán, los antiguos mayas construyeron chultunes o cisternas para capturar agua de lluvia, una técnica esencial para su supervivencia. Por la noche, el espectáculo de luz y sonido en Uxmal revive la majestuosidad de esta ciudad con iluminaciones que recrean los colores originales de sus estructuras, acompañado de narraciones del Popol Vuh y otras leyendas mayas. La entrada cuesta 40 pesos y el espectáculo dura 45 minutos, comenzando a las ocho de la noche.
Dedica un día para visitar Izamal, un pintoresco pueblo al centro de la península, conocido por su arquitectura amarilla y la ausencia de cables eléctricos. Izamal, llamada la Ciudad de las Tres Culturas, combina influencias prehispánicas, coloniales y contemporáneas. Al llegar, dirígete al mercado para conocer la variedad de chiles habaneros y probar la carne de venado.
El Convento Franciscano, donde se rinde culto a la Virgen de Izamal, es una visita obligada. Muy cerca de este convento están las ruinas de las pirámides mayas con las que fue construido, ofreciendo una excelente vista del pueblo. Para una comida auténtica, el restaurante Kinich es famoso por su comida típica yucateca y su ambiente fresco. Aquí se pueden disfrutar platillos como queso relleno, papadzules, chorizo de Valladolid, sopa de lima y salbutes.
El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.
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