Vamos a comentarles acerca de uno de los cementerios de mayor antigüedad en la capital mexicana, el cual estuvo en funcionamiento entre los años 1832 y 1871.

La arquitectura que tiene es típica del siglo XIX y cuenta con obras maestras del arte funerario de aquellos tiempos. Se trata del Museo-Panteón de San Fernando, un cementerio de la Ciudad de México cuyos valores históricos, estéticos y turísticos lo hacen muy interesante de visitar en el marco del Día de Muertos.

En este renombrado camposanto reposan los restos de Benito Juárez y su esposa, así como también los de otros importantes generales y políticos como Anastasio Bustamante o Ignacio Comonfort entre varios más.

Cabe mencionar que el Museo Panteón de San Fernando se ubica muy cerca del Templo de San Fernando, en la Colonia Guerrero.

El cementerio en cuestión cuenta con ochenta tumbas y más de ochocientos nichos.

Aunado a lo anterior cuenta con un señorial mausoleo con los restos de la familia del llamado Benemérito de las Américas. Uno de los detalles más curiosos del Panteón de San Fernando es que incluye una tumba dedicada a una bailarina que nunca visitó el territorio nacional, pero que fue un gran amor platónico de Benito Juárez.

Como habíamos mencionado el cementerio se encuentra en la Plaza de San Fernando, muy próximo a la estación Hidalgo del Metro capitalino.

Por el año de 1775 el área donde se encuentra el camposanto era parte de los márgenes de la Ciudad de México y los restos de Benito Juárez fueron los últimos en ser sepultados en el lugar. Ese evento orilló a la viuda de Miguel Miramón, gran enemigo de Benito Juárez, a exhumar los restos de su esposo. Juárez se encuentra acompañado en el panteón por los restos de su consorte Margarita y los de cinco de sus doce hijos.

Pero hay muchos otros secretos que atesora el Panteón de San Fernando, el cual tiene una extensión de 4,150 metros cuadrados, sin incluir en ello a la plaza y la iglesia homónima.

Estos elementos arquitectónicos quedaron desvinculados cuando se realizó la separación entre los poderes del Estado y de la Iglesia. Toda el área donde se encuentra el cementerio forma parte de un área urbana situada entre el Eje de Guerrero y la mencionada plaza.

Los visitantes desde que acceden al camposanto pueden leer inscripciones de la época, tanto en las antiguas placas y monolitos como en las informes piedras de macizas bases y rizadas letras.

No lejos de la entrada, en una gran estancia, hay un blanco busto de Juárez, uno de los mandatarios más importantes que ha tenido el país. Juárez nació en el pueblo oaxaqueño de San Pablo Guelatao el 21 de marzo de 1806.

Y en lo más profundo del panteón, entre numerosas placas, antes de seguir por el pasillo, se encuentra tal vez el enigma más fascinante del lugar: la fotografía de la bailarina Isadora Duncan.

Fue una famosa bailarina estadounidense nacida en 1878 y fallecida en 1927 que nunca piso suelo mexicano pero aun así tiene un lugar en el Panteón de San Fernando. La leyenda en su tumba enuncia: “Nació en San Francisco, Estados Unidos. Fue una bailarina muy talentosa que desarrolló exitosamente su carrera en Europa”.

Al parecer la placa en cuestión fue instalada en el camposanto de San Fernando por un grupo de desconocidos admiradores.

Se dice que fue un amor platónico de Benito Juárez y también del general Plutarco Elías Calles.

El Panteón de San Fernando es una excelente opción de visita durante el tradicional Día de Muertos.

Fue declarado como museo en el año 2006. La dirección del lugar es la siguiente: Plaza de San Fernando 17, Cuauhtémoc, Centro Histórico, Guerrero, 06300 Ciudad de México, D.F. Horario: Martes a domingo de 9 a 17:00 horas. El último miércoles de cada mes a las 19:00 horas hay visitas guiadas. Tel. 55184736