Después de once años de excavación, arqueólogos mexicanos han alcanzado el final del túnel de 120 metros de longitud que se encuentra a 18 metros bajo el templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán.
En este lugar encontraron una nueva ofrenda, la número 48. Su magnitud, con cerca de 50.000 piezas, se considera el preludio de un hallazgo muy importante que espera en las tres grandes cámaras que hay más allá.El conducto había estado oculto durante más de 800 años antes de ser revelado gracias a las intensas lluvias del año 2003.
Es poco tiempo comparado con el que lleva cerrado. Se calcula que nadie había entrado en ese túnel en 2.000 años. Después de atravesar 25 muros y más de 900 toneladas de roca y tierra, los arqueólogos han llegado al metro 103 en el que se han topado con este magnífico corredor.La sala cuenta con una gran ofrenda compuesta por cuatro esculturas de piedra verde de 65 cm, caracoles de hasta 55 cm de longitud procedentes del Golfo de México y el Mar Caribe, cuentas de diversos materiales, jade de Guatemala, pelotas de hule, huesos humanos, restos de pelo de grandes felinos, esqueletos de escarabajos, discos de pirita, semillas, y una caja de madera con decenas de conchas trabajadas.
A lo largo de todo el túnel se han descubierto más de 50.000 objetos, así lo explica el arqueólogo Sergio Gómez Chávez:{"Conforme vamos avanzando en el trabajo de exploración, las ofrendas van siendo cada vez más numerosas, ricas y variadas.
Aparte del más reciente depósito, en los últimos tramos del túnel se han recuperado más de 4 mil objetos de madera en perfecto estado de conservación, más de 15 mil semillas de diferentes plantas y restos de piel, posiblemente humana, que se someterá a análisis".}Tomando en cuenta el número de ofrendas que le preceden, y los objetos encontrados en las tres cámaras que suceden esta última ofrenda, los arqueólogos creen que encontrarán un depósito funerario con restos de gobernantes de la época.
Teotihuacán es un lugar en el que nunca se han descubierto vestigios de este tipo, así que sería un hallazgo único. Los investigadores calculan que les tomará alrededor de un año llegar a la sección final del túnel.Para llegar a este punto en la excavación, los arqueólogos utilizaron tecnologías como un georradar, técnicas de escaneo láser y un par de robots desarrollados por ingenieros salidos del Instituto Politécnico Nacional.
Además, es importante mencionar que es la primera vez que se utilizan robots en una excavación arqueológica de esta zona.En caso de encontrar un recinto mortuorio, los arqueólogos podrían descifrar claves importantes sobre cómo funcionaba la estructura de poder de esta época, si los gobernantes heredaban el poder a sus familiares o no.
También se podría conocer la estructura política de esta civilización.