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Equinoccio de Primavera en El Tajín, Veracruz

Si bien en El Tajín, zona arqueológica del Estado de Veracruz, no se lleva a cabo algún fenómeno solar en específico en el marco del equinoccio de primavera, el misticismo con el que experimentaban sus antiguos moradores este evento astronómico, hacen del lugar una opción magnífica para darle la bienvenida a la primavera.

Este centro ceremonial precolombino, al cual solo tenían acceso los jugadores de pelota, sacerdotes y gobernantes, es en la actualidad un importante yacimiento muy visitado por el turismo nacional y extranjero.

Cuando los primeros rayos de sol de primavera entibian la zona arqueológica, los visitantes pueden cargar su espíritu de cósmicas energías observando la espectacular Pirámide de los Nichos, la cual- con sus 360 oquedades- evoca al calendario solar. Es una estructura que fue levantada para venerar al Sol.

Visitar el sitio arqueológico de El Tajín para recibir el equinoccio de primavera es una experiencia única, ya que nos permite remontarnos en el tiempo y experimentar la manera en la que vivían los antiguos indígenas totonacas este formidable evento astronómico.

La zona arqueológica de El Tajín se ubica en el norte del territorio veracruzano.

De hecho, investigaciones arqueológicas recientes han revelado que la Pirámide de Los Nichos en El Tajín en realidad no era un templo, sino un instrumento colosal que servía para calcular la llegada del equinoccio de primavera y con el del gran Quetzalcóatl.

El equinoccio es un fenómeno astronómico que acontece dos veces al año, uno en marzo y otro en septiembre.

Los equinoccios señalan en el hemisferio norte del globo el comienzo de la primavera o del otoño. Es precisamente en esas fechas cuando el día y la noche tienen la misma duración, de allí la importancia que tiene haber revelado la secreta función de la Pirámide de los Nichos en El Tajín.

Vale la pena mencionar que el equinoccio es el punto en el que la trayectoria del astro rey cruza por el ecuador celeste.

Es entonces que los rayos solares miden 90 grados más al mediodía, justo en el ecuador terrestre. Todo lo anterior hace comprensible por qué los equinoccios fueron tan significativos para las culturas del México Antiguo y la cosmovisión mesoamericana.

En lo que se refiere específicamente al Tajín, se ha comprobado por los restos arqueológicos que desde hace dos milenios se celebraba allí la llegada de la primavera considerada como el comienzo de un periodo de plenitud y crecimiento.

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