Desde que se arriba a este Pueblo Mágico, uno queda cautivado por la diversidad vegetal con la que se encuentra: guayabos, zapotes blancos, y ciruelos, así como también jacarandas, nopales y helechos.
Malinalco también se caracteriza por su singular ambiente, en el cual se combina lo prehispánico y lo colonial, de manera muy afortunada. Encanta su pintoresco mercado, sus empedradas calles, las capillas de barrio y sus rústicos hoteles.Las calles están llenas de flores que surgen de los muros y de las casonas novohispanas, y de diminutos templos de los siglos XVI, XVII y XVIII, que nos llevarán, en términos arquitectónicos a un verdadero recorrido por el señorial pasado de nuestro país.
En Malinalco les aconsejamos conocer el cerro de los ídolos, donde se encuentra el sitio arqueológico de Malinalco, uno de los más atrayentes del estado y desde donde se puede tener una incomparable panorámica de la zona.
Tal centro ceremonial fue uno de los más relevantes para la cultura azteca.Vale la pena recorrer caminando el centro de este Pueblo Mágico, y así admirar sus calles empedradas, sus huertos exuberantes, y su interesante tianguis, que nos evoca el ambiente prehispánico, con sus artesanías, utensilios de barro, objetos de piedra y madera tallada.
Del mismo modo aconsejamos conocer el convento agustino del siglo XVI, la cual, de inmediato nos hace recordar las sólidas construcciones de los tiempos medievales.
Fue construido en 1543 por los religiosos agustinos y cuenta con preciosos frescos, que adornan los muros de los pasillos y los techos.