Fachada de la Cámara de Diputados CDMX
En el Centro Histórico, en la esquina que se origina del cruce de la Calle Allende y la mítica Donceles, famosa por sus “librerías de viejo”, yace la antigua sede de la Cámara de Diputados cuya fachada clasicista es una de las joyas mejor guardadas de la Ciudad de México.
Esta obra, que remata en pan coupé y en la que se entremezclan elementos Neoclásicos, Clásicos y del Barroco Francés, originalmente albergó, por muy poco tiempo, el Teatro de Iturbide. Sin embargo, debido a un incendio ocurrido en Palacio Nacional, se adecuaron sus instalaciones para reubicar a los diputados y que, desde allí, realizaran sus funciones. Posteriormente, a partir de mediados de la década de los ochenta, esta construcción se convirtió en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal misma que, desde 1997, adquirió la capacidad de legislar.
Para el proyecto de la Cámara de Diputados, encargado al arquitecto Mauricio de María Campos por orden de Porfirio Díaz, se rediseñó la fachada adosando un frontón de corte clásico, el cual se encuentra sustentado por detalladas columnas jónicas y una escalinata que culmina en tres puertas de hierro y vidriería, concluidas en arcos de medio punto; ¡un complejo que rememora a los armoniosos palacios legislativos grecorromanos!
Te recomendamos visitar este espacio, uno de los escenarios más importantes de la vida política nacional desde el siglo XX, en la noche. Es en esta parte del día cuando las luminarias resaltan la grandiosidad de sus formas, las cuales se complementan con la elegante fachada del Teatro de la Ciudad que se encuentra en la misma calle: un recorrido inolvidable en las entrañas de la Ciudad de México.