Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana y de la Rice Universty han descubierto en el Gran Agujero Azul de Belice una de las claves que puede explicar la desaparición de los Mayas. La civilización maya floreció en la península de Yucatán.
Estos antiguos mesoamericanos construyeron pirámides impresionantes, dominaron la astronomía, desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica y crearon un calendario del sistema que es famoso por supuestamente predecir que el mundo terminaría en el año 2012. El Gran Agujero Azul es un sumidero ubicado en el arrecife Lighthouse, un atolón a 100 km de la costa de Belice, que tiene 300 metros de ancho y 123 metros de profundidad.
En su origen era un sistema de cuevas de piedra caliza, cuando los niveles del mar eran más bajos. Cuando el nivel del océano subió, las cuevas se inundaron y el techo se hundió formando tan sigular agujero. El Gran Agujero Azul, según los científicos fue una cueva, pero en cientos de años la marea subió y la sumergió.
Según reseña el diario The Guardian, en muestras tomadas en el Agujero, los científicos han encontrado sedimentos y rocas de la era del declive del Imperio Maya (entre los años 800 y 1000 después de Cristo) y en ellos han detectado bajas cantidades de aluminio y titanio, que revelan gran cantidad de lluvias tropicales.
Estos datos, publicados en un estudio, apuntan a que hubo en esa época una severa sequía que pudo ser clave para la extinción de esta civilización mesoamericana. Aunque ya sea habían encontrado evidencias acerca de esta sequía, el Gran Agujero Azul es la zona mejor alineada con Tikal, antigua capital de los mayas, y que además está en la ruta de tormentas tropicales que pasa por esta antigua ciudad.