Si ya tomaste rumbo por la carretera panamericana y saliste de la ciudad de Oaxaca hacia Santa María del Tule, Teotitlán y Mitla, estás en el camino perfecto para conocer una de las mayores bellezas naturales del estado, Hierve el Agua.
Este fascinante paraje se encuentra a sólo 70 kilómetros de la capital, aunque la carretera requiere pericia y un vehículo en buenas condiciones, especialmente en la temporada de lluvia.Al llegar, el paisaje cautivará tus sentidos.
El verde de la sierra, el rumor del viento y ahí, a tus pies, nacen dos enormes cascadas petrificadas, esculpidas durante miles de años por el escurrimiento de agua carbonatada. En la parte superior, hay unas pequeñas pozas donde brota dicha agua a unos 24 grados centígrados. Desde ahí, el agua escurre, pero debido a la fuerte carga de minerales, en su caída va dejando sedimentos, sólo unos miligramos. Ahí se puede admirar la mano de la naturaleza, paciente, durante cientos de miles de años, esculpiendo capa a capa las caídas de agua que se deslizan 30 metros barranca abajo.Arriesga un poco y camina por los senderos del lugar, así podrás llegar a la segunda cascada, desde donde tendrás vistas espectaculares de la primera.
Sobra decir que venir a este lugar sin cámara es imperdonable. Hierve el Agua es un paraíso para quienes gustan de la fotografía de paisajes. Si cuentas con todo el día para explorar el lugar, aquí puedes hacer largas caminatas por dos kilómetros de senderos que te llevan al fondo de la cañada.Hacia el lado del valle, puedes llegar a las pozas naturales y además de nadar, podrás tener una de las mejores vistas de la región.
Otra opción es pernoctar en Hierve el Agua. Ahí encontrarás unas sencillas cabañas y rústicos restaurantes que ofrecen un menú económico.