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Los caudillos de la Revolución Mexicana (2)

Mucho tuvieron que ver los caudillos de la Revolución Mexicana en la etapa del conflicto que siguió a la derrota de Zapata y de Villa en contra de Carranza y Obregón.

Venustiano resolvió convocar a un congreso a finales de 1916 para reformar la constitución de 1857 a las circunstancias del país, una vez concluida la guerra. Justo de allí surgió la constitución de 1917 la cual fue gestada en Querétaro. Tan importante documento fue un triunfo para los progresistas. Y si bien la constitución no logró incluir en sus artículos y disposiciones a todas las tendencias políticas de aquel tiempo, si concretó un patente sentido agrarista, socialista y anticlerical, sentando así los fundamentos para un sentido democrático.

Cuatro son los artículos sobresalientes de la Constitución Mexicana surgida de este debate entre los llamados jacobinos (encabezados por Álvaro Obregón) y los moderados (dirigidos por Venustiano Carranza).

En primer lugar destaca el artículo 123, relacionado a los derechos de los trabajadores; el 27 que se expresa acerca del conflicto de la posesión de tierras y la soberanía de la nación, y el 3 y 130 que establecen la supremacía estatal por sobre cualquier otra entidad en el país y el carácter laico de la enseñanza en México.

Carranza estando en la silla presidencial, logró concretar importantes reformas económicas y sociales, como fue el caso de la nacionalización del petróleo y el carbón, así como también el impulso a nuevas leyes agrarias, pero la muerte de Zapata y su poca sensibilidad ante las demandas obreras le quitaron popularidad.

En 1919 el caudillo morelense que se había mantenido firme en su demanda de tierra y libertad fue asesinado a raíz de una conspiración.

Luego en 1929 por un proceso abierto a Obregón, tan brillante militar como político, el gobierno de Sonora se puso en contra de Carranza.

Este último fue hecho prisionero por los rebeldes al salir de la Ciudad de México y finalmente asesinado en Tlaxcalantongo.

Pancho Villa, quien había sido uno de los más feroces e indómitos caudillos de la Revolución Mexicana, tras la muerte de Carranza, dejó las armas a un lado y se retiró, pero a los tres años sus enemigos políticos también le quitaron la vida.

El movimiento revolucionario había acabado con sus propios padres, consumiéndolos.

Luego siguió una fase en la que los políticos fueron ocupando el protagonismo de los caudillos revolucionarios hasta que la propia revolución se institucionalizó con la fundación del PRI y bajo los mandatos de Obregón, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
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