Si por algo destaca la ciudad de Distrito Federal es por sus gentes, por la suciedad de sus calles como bien describe un buen amigo mío uniendo como sinónimos las palabras de sucio en el sentido de añejo y verdadero, y por sus interesantes museos.
Si vamos a la capital de México es imprescindible acercarnos al Palacio de Bellas Artes, nos guste la cultura o no. El edificio por sí solo merece la pena, imponente en su fachada y grandilocuente en su porte.El Museo de Bellas Artes se encuentra en el interior del palacio y actualmente cuenta con dos salas en la planta baja, otras dos en el primer piso y cuatro en el segundo piso.
Allí podremos contemplar tanto exposiciones permanentes como temporales, buscando el acercamiento al visitante de la cultura patria junto con exponentes del arte internacional.La construcción fue diseñada por el arquitecto italiano Adamo Boari y las obras se iniciaron en el año 1904 con la intención de inaugurar el edificio para conmemorar el Centenario de la Independencia.
Levantar el Palacio a tiempo se convirtió en un imposible porque por un lado se sobrepasó el presupuesto inicial con creces y por el otro lado comenzó el conflicto revolucionario.Boari respiraba la corriente europea del art nouveau y tras permanecer los trabajos detenidos durante 30 largos años, en 1928 el arquitecto mexicano Federico E.
Mariscal introdujo un cambio significativo de estética empleando para ello el art decó. De esta forma, contemplaremos maravillados las líneas rectas y simétricas del art decó en la fachada y nos sorprenderemos con las curvas y la corriente decorativa del art nouveau, del modernismo, en su interior. Dos estilos muy diferentes entre sí, cuyo resultado en su unión es meramente delicioso.Las exposiciones permanentes están compuestas por los murales de los artistas más representativos de México, personificados por los nombres de Diego Rivera, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Manuel Rodríguez Lozano y Jorge González Camarena.
Las grandes pinturas son espectaculares, abrumadoras por su estilo y porque, en la mayoría de los casos, los lienzos se pintaron en la misma pared para jugar y aprovechar la luz que se colaría por las ventanas. El resultado son unos cuadros a la medida y acordes a la belleza del edificio.Quizás os preguntéis por Frida Kahlo.
No nos olvidamos de ella, simplemente no la nombramos porque la pintora mexicana no hacía murales.El día que fui al museo, allá por Diciembre del 2010, había una exposición temporal de Saturnino Herrán y os puedo asegurar que merece mucho la pena, sobre todo porque hay visitas guiadas gratuitas y porque quien las explica o bien es artista o estudiante de Bellas Artes.
De su boca oiremos el amor de lo que nos cuenta, porque lo siente, porque no hay mejor persona para explicarnos algo que alguien que se apasione con sólo nombrarlo.Me gustaría ofreceros datos concretos pero lamentablemente el mundo de México en Internet no existe.
Tanto si vamos a buscar información como un hotel en el que alojarnos, la información que encontramos en la red despista en vez de ayudar. Incluso en las oficinas turísticas es la tónica general: no saben de lo que hablan y los datos de la Oficina de Turismo oficial se contradicen con los ofrecidos por la Oficina de Turismo local. Con esto no quiero que los lectores mexicanos se sientan ofendidos pero entiendo que el enfoque del turismo en su país tiene un gran margen de mejora. Dado que la página del Museo de Bellas Artes no está operativa, lo único que os puedo decir es que la mayoría de los museos abren de martes a domingo, empezando a las 10 de la mañana y cerrando a las 5 de la tarde. Los precios de la entrada suelen variar entre los 10 y los 30 pesos. DirecciónAvenida Juárez y Eje Central s/n.
Centro Histórico, Ciudad de México.
Tel: (55) 51 30 09 00 ext 2616, 2618 y 2524 Cómo llegarSe encuentra en el Centro Histórico, junto a la Alameda Central.
Si tomamos el metro no hay pérdida, el nombre de la parada es Bellas Artes. Podemos llegar a través de la línea 2 (Cuatro Caminos-Tasqueña) y la línea 8 (Garibaldi/Lagunilla-Constitución de 1917), las dos son válidas porque se cruzan en ese punto.