Hidalgo es una entidad de la República Mexicana que ocupa con toda justicia un sitio privilegiado en los primeros lugares del mapa turístico nacional.
Y si bien es especialmente frecuentada por los aficionados al turismo de naturaleza, lo cierto es que esta entidad del centro del país también cuenta con comunidades llenas de tradiciones y costumbres muy interesantes de visitar.Para comprobar lo anterior basta con mencionar los excelentes Pueblos Mágicos con los que cuenta Hidalgo, destinos turísticos de primer nivel que ofrecen la ventaja de poderse visitar y disfrutar al máximo en cualquier mes del año.
En lo que sigue les presentaremos lo mejor de Huasca de Ocampo y Huichapan.Una de las ventajas de visitar en las vacaciones o durante un fin de semana comunidades como Huasca de Ocampo y Huichapan, es que no se requiere una gran inversión para ello.
Son destinos económicos y nobles por las muchas maravillas naturales y culturales que nos ofrecen. HuichapanEs un lugar provincial como extraído de un sueño por el encanto que presenta ante la mirada de los visitantes.
Resulta difícil no quedar cautivado ante el paisaje de sus empedradas calles, sus construcciones de estilo virreinal y sus artesanías elaboradas en distintos materiales. Cuando visiten Huichapan no se pierdan lugares de gran importancia histórica y cultural como la Capilla de la Tercera Orden y su Virgen del Apocalipsis y la Parroquia de San Mateo Apóstol con su monumental cruz.Por lo demás, el Parque Ecoturístico El Saucillo es excelente para la práctica del excursionismo, la escalada en roca, los saltos en tirolesa y el rappel.
Incluso cuenta con un acueducto considerado como de los más grandes en toda América. Huasca de OcampoImposible hablar de los Pueblos Mágicos de Hidalgo sin ponderar las maravillas de Huasca de Ocampo.
Es una comunidad imperdible para quienes gusten de admirar las construcciones antiguas y de majestuosa estampa. Cuenta con excelentes haciendas muy agradables de visitar, como es el caso de San Juan Hueyapan, Santa María Regla y San Miguel Regla. Los materiales que se obtenían de las minas eran procesados en estas haciendas, además de ocuparse sus administradores de las siembras de los productos que consumían los lugareños.