La Costa Grande de Guerrero es un destino turístico que deslumbra por sus paisajes diversos y su vibrante oferta de actividades. Ubicada en el suroeste de México, esta región combina playas de arena blanca, montañas, cascadas, y exuberantes huertas frutales, convirtiéndola en un lugar ideal tanto para quienes buscan aventura como para quienes desean descansar y disfrutar de la naturaleza.
Dentro de sus tesoros se encuentran destinos reconocidos como Ixtapa-Zihuatanejo y las bahías de Papanoa, que atraen a turistas de todo el mundo. Sin embargo, la Costa Grande tiene mucho más que ofrecer, y en este artículo exploraremos algunas de sus joyas menos conocidas pero igualmente fascinantes.
Uno de los puntos clave de la Costa Grande es Atoyac de Álvarez, una región rica en cultivos de café y otros productos tropicales. Para los amantes de esta bebida, visitar Atoyac es una experiencia imperdible. Cada año, se celebra aquí una feria que combina lo mejor de la cultura local: jaripeos, juegos mecánicos, muestras ganaderas y, por supuesto, la exhibición de los mejores granos de café de la región. Además, Atoyac es famoso por sus deliciosos mangos y cocos, que crecen en abundancia y forman parte fundamental de la gastronomía local.
Entre las festividades y la degustación de café, una visita al templo parroquial de Santa María de la Asunción es una excelente opción para quienes buscan conectar con la historia y cultura local. Este imponente templo, ubicado en la cabecera municipal, refleja el legado religioso y arquitectónico de la región, ofreciendo una pausa tranquila en medio de las vibrantes festividades.
Si lo que se busca es un lugar para relajarse junto al mar, Benito Juárez, también conocido como San Jerónimo, es el destino perfecto. La apacible playa El Dorado ofrece un escenario ideal para contemplar un atardecer espectacular, alejado del bullicio turístico. La playa Hacienda de Cabañas, también conocida como Paraíso Escondido, es otro rincón encantador donde el océano se fusiona con una laguna, creando un paisaje de ensueño. Aquí, en las enramadas locales, es imprescindible probar el famoso pescado a la talla, uno de los platillos más representativos de la región.
En San Jerónimo, también destaca la producción de quesos frescos y la abundancia de mangos, productos que son famosos en toda la región. Para quienes disfrutan de la gastronomía local, este destino es un auténtico paraíso culinario.
Coyuca de Benítez es un destino perfecto para los amantes del turismo de aventura. Rodeado de montañas y vegetación tropical, este municipio ofrece una amplia gama de actividades al aire libre. Uno de los mayores atractivos es la Cascada del Salto, a la cual se llega tras recorrer senderos de gran belleza natural, ideales para el trekking y las cabalgatas. La travesía hacia la cascada es una experiencia inolvidable, que combina el esfuerzo físico con la recompensa de un paisaje impresionante.
Coyuca también es conocida por sus lagunas, como la Laguna de Mitla y la Laguna de Coyuca, donde se pueden practicar deportes acuáticos y la pesca, además de observar aves exóticas o presenciar la llegada de las tortugas marinas. Las playas de la región, como El Carrizal y Playa Azul, son igualmente hermosas y menos concurridas que las grandes zonas turísticas, ofreciendo un entorno más tranquilo y natural.
Petatlán es un municipio que destaca por su riqueza natural y su historia ancestral. Sus playas, como la de Valentín, donde se mezclan el mar y la laguna, son un lugar ideal para disfrutar de actividades como la pesca, el surf, y el kayak. Barra de Potosí, con su laguna y recorridos en bote, y La Barrita, famosa entre los surfistas, son otros destinos populares dentro del municipio.
Además de sus playas, Petatlán alberga importantes sitios arqueológicos, como La Soledad de Maciel y el museo de sitio Xihuacan, donde se conservan vestigios de culturas prehispánicas como los tomiles, cuitlatecos y tepoztecas. Estos lugares históricos añaden una dimensión cultural a la experiencia turística, invitando a los visitantes a conocer más sobre el pasado de la región.
En cuanto a la gastronomía, Petatlán se distingue por platos únicos como el percebe y el langostino, que se pueden disfrutar en los restaurantes locales. La pesca y la preparación de mariscos son parte integral de la vida en esta región, y cualquier visita estaría incompleta sin probar estas delicias frescas.
Tecpan de Galeana es otro de los destinos destacados de la Costa Grande. Con playas hermosas como Puerto Vicente Guerrero, donde el agua es de un azul intenso y la arena es gruesa, este municipio es ideal para actividades como el buceo, esquí acuático y pesca deportiva. De hecho, Tecpan es sede del Torneo Internacional del Pez Vela, Marlin y Dorado, lo que lo convierte en un lugar de renombre entre los pescadores.
Bahía Papanoa es otro lugar imperdible en Tecpan, con su santuario de Piedra Tlacoyunque, una zona de protección para tortugas. Las playas de Cayaquitos y Papanoa ofrecen tranquilidad y la posibilidad de disfrutar de paisajes vírgenes, mientras que la gastronomía local, con platos como el relleno de cerdo o pollo, satisface los paladares más exigentes.
Finalmente, La Unión ofrece un ambiente más sofisticado con la playa Troncones, cercana a Ixtapa-Zihuatanejo pero alejada de las multitudes. Aquí, pequeños hoteles y restaurantes con palapas brindan una experiencia íntima y relajante. Las olas moderadas son ideales para nadar, pero para los surfistas más experimentados, Troncones Point ofrece olas largas e intensas.
La oferta culinaria en Troncones incluye especialidades como ceviche, camarones y huachinango frito, que se disfrutan mejor en las enramadas junto a la playa. Por la noche, las playas de La Unión se iluminan con la llegada de tortugas marinas, que ponen sus huevos bajo la luz de la luna, un espectáculo natural que los visitantes no querrán perderse.
Ixtapa-Zihuatanejo sigue siendo uno de los destinos más completos de la Costa Grande. Con sus playas de arena blanca, su oleaje tranquilo y su infraestructura turística de primer nivel, satisface a todo tipo de viajeros, desde aquellos que buscan aventura hasta quienes prefieren relajarse bajo el sol. La gastronomía basada en productos del mar es inigualable, y la vida nocturna vibrante asegura que siempre haya algo emocionante que hacer.
La Costa Grande de Guerrero es, sin duda, un destino que lo tiene todo: historia, naturaleza, aventura, y relajación.