En el Estado de México es posible hallar muchos lugares de interés turístico. Uno de ellos es la comunidad de Santiago Tianguistenco, en especial por el dinamismo comercial de su famoso tianguis de los días martes. No obstante, esta pintoresca localidad mexiquense también es reconocida por haber sido la cuna de uno de los mejores boxeadores mexicanos de todos los tiempos. Nos referimos al gran campeón Salvador Sánchez.
Santiago Tianguistenco se ubica en la zona suroriente del valle de Toluca, en las cercanías de la sierra del Ajusco. Tianguistenco es la denominación original del municipio y es una palabra que en náhuatl significa “En la orilla del mercado”. Este lugar presenta una temperatura anual promedio que va de los 16 a los 18 grados centígrados.
Salvador Sánchez, notable deportista del ring, tuvo una vertiginosa carrera y un trágico final que trunco prematuramente su vida ejemplar. Conozcamos más acerca de ella y de sus muchos triunfos en las líneas que siguen.
Nacido en la población de Santiago Tianguistenco el día 26 de enero de 1959, Salvador Sánchez, desde su infancia, poco a poco se fue interesando cada vez más en el deporte del pugilismo. Fue a la edad de trece años cuando Salvador conoció al manager de boxeo Agustín Palacios Rivera, persona que llegó a cambiar la vida del joven por entero.
Gracias a las enseñanzas y dirección de Palacios Rivera, Salvador comenzó a exhibir su natural destreza para este viril deporte. Apenas con dieciseis años cumplidos Sánchez tuvo su debut en la división de peso gallo, en mayo de 1975 frente a Al Gardeno. El triunfo fue para el oriundo de Santiago Tianguistenco por un contundente nocaut.
Un año después, en 1976, Salvador Sánchez ya era considerado por los especialistas como una de las más importantes promesas para el boxeo nacional.
Santiago Tianguistenco se levanta en un entorno montañoso de bosques de pino, encinos, oyameles, madroños y fresnos. Lamentablemente se ha perdido mucha de la fauna particular de la región, que en otros tiempos abundaba en especies como los ajolotes, sapos, ranas, acociles, gallaretas, patos, gavilanes, gorriones, cuervos, aguilillas, codornices, ratas, tuzas, víboras de cascabel, ardillas, conejos, tlacuaches, tejones, zorrillos y coyotes.
De estos animales, quedan pocos ejemplares, no así los zopilotes, tigrillos y venados, que han desaparecido por completo de la región.
Desde mediados de 1977 el joven deportista comenzó a poner en todo lo alto el nombre de su lugar de nacimiento, Santiago Tianguistenco. Fue desde este momento que inicio una racha de triunfos para el pugil hasta llegar a la oportunidad que tanto había esperado: la ocasión de disputar el título de la división pluma frente al boxeador estadounidense Danny “El Coloradito” López.
Desde este punto Salvador llevó a cabo varios combates pugilísticos memorables, enfrentándose a tres deportistas que con el paso del tiempo serían ingresados en el Salón de la Fama del boxeo: Azumah Nelson, Wilfredo Gómez y el mencionado “Coloradito” López.
Detalles de Santiago Tianguistenco, pueblo de Salvador Sánchez
Por otra parte, al ser Santiago Tianguistenco una de las comunidades más importantes de esta parte del Estado de México, en lo que se refiere al comercio, vale la pena conocer su mercado tradicional. Este último tiene sus orígenes desde tiempos prehispánicos y ha logrado conservar su relevancia con el paso del tiempo.
Como hemos comentado los días martes es cuando más de 3, 500 comerciantes acuden allí a intercambiar sus productos en este espacio mercantil típico.
Por lo que se refiere a la gastronomía de Santiago Tianguistenco, el mercado municipal es lo mejor. En este sitio los turistas podrán disfrutar de platillos tradicionales como el mole verde y mole rojo, los tamales, el queso de puerco, la barbacoa de borrego, la que se prepara con carne de chivo, los deliciosos tlacoyos de haba y de frijol y muchos antojitos más.
Pero además, Santiago Tianguistenco ha sabido sobresalir en la cría y producción de conejos y ranas, por lo cual, existe la posibilidad de saborear diferentes creaciones de estas especies, ya sea a la parrilla, asado, o bien, empapelado y en salsa verde, por ejemplo.
Un trágico evento marco el final de la carrera deportiva de Salvador Sánchez. A la edad de 23 años, el nacido en Santiago Tianguistenco murió al estrellarse su automovil en la carretera que conduce a la ciudad de San Luis Potosí. Al transitar a una velocidad excesiva y buscando rebasar a otro coche, Salvador impactó su vehículo modelo Porsche 928 contra dos autos que circulaban en sentido opuesto.
El fallecimiento del deportista más admirado en su natal Santiago Tianguistenco fue un evento que marcó por completo a los habitantes de esa población mexiquense. Salvador Sanchez tuvo un emotivo funeral, con la participación de sus numerosos admiradores y la presencia de importantes personalidades del mundo del pugilismo.
Nunca se habían concentrado tantas personas en el camposanto de Santiago Tianguistenco, lugar en donde Salvador Sánchez fue sepultado en medio de ovaciones y emotivas reacciones de duelo.
No obstante, el recuerdo de este gran boxeador mexiquense aún perdura en la memoria de todos quienes conocieron de sus grandes logros sobre el ring.
Para conocer más y mejor acerca de la tierra del boxeador Sálvador Sánchez, les aconsejamos visitar en alguna escapada desde la capital mexicana el siempre bello pueblo de Santiago Tianguistenco. Lo mejor de todo es que, desde esta comunidad mexiquense, pueden explorarse sitios cercanos también interesantes por su folclor y colorido.
Tal es el caso del cercano pueblo de Ocoyoacac. Los visitantes hallarán allí vastos espacios de bosques, arroyos, peñas, cascadas y valles, pero también monumentos y museos de gran valía histórica y cultural. Insospechadamente, además de lo rústico y lo testimonial, también la modernidad se hace patente por esta parte del territorio mexiquense, puesto que en el municipio se levanta un centro de investigación de energía nuclear.
La comunidad de Ocoyoacac se ubica en las orillas del río Lerma y mantiene su ambiente provincial, a pesar de su proximidad con las grandes capitales del Estado de México y del país. Las callejuelas de esta población, con distintos desniveles, facilitan contemplar el paisaje de esta campiña de frondosa vegetación.
Las construcciones del poblado son típicas de los ambientes rurales, con su techumbre de tejas rojas y las iglesias, con sus cúpulas de terracota.