En este artículo vamos a platicarles acerca de un templo que formaba parte de un convento carmelita homónimo, que tenía como misión dar albergue.
Manuela Molina, la mujer que lo fundó, dedicó esta construcción a Santa Teresa de Ávila tras haber heredado una gran fortuna. Mandó construir el templo en los terrenos del antiguo hospital para leprosos en San Lázaro.La estructura del Templo de Santa María data de inicios del siglo XVIII y tal y como sucede con buena parte de las iglesias de monjas, la nave de esta construcción se extiende paralela a los umbrales y la fachada de mampostería.
Los detalles barrocos del Templo de Santa María La Nueva, fueron sustituidos por detalles mameristas y neoclásicos. Vale la pena conocer este histórico edificio de la Ciudad de México en paseos de fin de semana, para conocer interesantes referencias. Una de ellas es que el edificio que les comentamos, con frecuencia es confundido con el Templo de Santa en la calle Primo de Verdad.Santa María La Antigua sobresale por la recreación que han hecho los feligreses en su espacio.
Tradiciones y fervor definen este notable edificio sacro. Hasta hace algún tiempo, las personas compraban frascos, en un que su ruego se cumpliera.Las religiosas que habitaron en el Templo de Santa María La Nueva confeccionaban y vendían escapularios con la imagen de la Virgen del Carmen y panes de color rosa durante los días de la Nueva España.
Luego de que las propiedades seculares fueron a pasar a poder del gobierno, el convento fue utilizado para diversos fines y en la actualidad es usado como escuela para personas invidentes. En este edificio se organizan talleres y cursos especiales para esta clase de personas. Se encuentra abierto de lunes a domingo, de las 10 de la mañana a las 7 de la noche.