Chichén Itzá hace parte del complejo de ruinas de la civilización maya quien dejó una gran herencia arquitectónica al patrimonio cultural de la humanidad.
El poder de la cultura maya - Arquitectura y Civilización desarrollada
Sí únicamente conoces la Rivera Maya, Acapulco o aún no conoces ningún lugar de México que sepas que está Chichén Itzá uno de los lugares más espectaculares del mundo. Ir al pueblo mexicano de Chichén Itzá es estar en una de las siete maravillas del mundo, puesto que es la cuna de la civilización Maya ubicado en la península de Yucatán. Ciertamente Yucatán se ha convertido en un lugar turístico en el que puedes encontrar desde restaurantes, bares, casinos en tierra u online como los que puedes encontrar en sitios web de confianza como casinos bonos bienvenida gratis sin depósito en México. Sin embargo, las ruinas mayas están para darte uno de los mejores paisajes del mundo que no deberías perderte.
En aquel lugar puedes contemplar la belleza de las ruinas arquitectónicas y toda la cultura que habitaba este territorio, considerada una de las civilizaciones altamente desarrolladas, y a la vez valorar el símbolo que representa para la humanidad dado que te encontrarás inmerso en una de las Siente Maravillas del Mundo, según las palabras de Tony Sloterman, el Propietario de Producto de la compañía Casino Bonuses Finder.
Dónde está Chichén Itzá
En todo Centroamérica se sitúa la península de Yucatán que posee un gran conjunto de ciudades mayas incluyendo Chichén Itzá. Por toda la selva de Guatemala hasta México se pueden encontrar los restos de arquitectura de una de las civilizaciones más respetadas del mundo. El pueblo Chichén fue fundado en el año 250 DC y las reliquias que hoy se conservan según los historiadores fue creada por los habitantes de ese territorio en concreto. Ahora, en el mundo moderno hace parte de la clasificación de las Siete Maravillas.
Pero no solo los mayas fueron los responsables de todas las construcciones en la parte meridional y occidental, también una parte de las formaciones les pertenece a los toltecas, quienes más tarde fueron contribuyendo al crecimiento. Después llegaron los toltecas para quedarse en estas tierras y abrirse a la cultura maya en el año 1000, dando como resultado una ciudad divida en dos partes, denominadas: Chichén Viejo y Chichén nuevo, o simplemente Viejo o Nevo. El Chichén Viejo es un lugar reservado solo a los investigadores y arqueólogos donde pueden contemplar la belleza de la arquitectura evocadora de Chaac, dios de la lluvia maya. Esta zona se ubica geográficamente al sur de Las Monjas. El Nuevo o Chichén Nuevo es donde se evoca al dios serpiente con adornos de plumas, Kukulcana. En esta zona se podrán apreciar parte de las ruinas como también formaciones reconstruidas.
Arquitectura, ceremonias y rituales
Entre 1000 y 1100 DC, se constituyó una ciudad maya fuerte que se fue deteriorando siglos posteriores hasta el punto de convertirse en una ruina abandonada, por lo que al final del año 1500 (siglo XVI) no quedaba nada. No fue hasta finales del año 1800 que Edward Herbert Thompson, arqueólogo estadounidense, la redescubrió pudiendo mostrar al mundo el maravilloso complejo que contiene, al menos, 50 edificios y templos de piedras milenarios en pie, pese al paso del tiempo y que evocan el recuerdo de una civilización altamente desarrollada.
Las formaciones de Chichén estaban pensadas para realizar los rituales y las ceremonias, que se hacían desde unas plataformas. Estas plataformas son las ruinas mayas denominadas: la Plataforma de Venus, de las Águilas y los Jaguares. El lugar sagrado que cuenta, hoy en día con 3.600 m² de agua, se llama Cenote Sagrodo donde se celebraran todos los actos sociales y religiosos. Además, la ciudad tenía el mercado y los baños de vapor que se pueden contemplar en las visitas. Los baños eran posiblemente unas saunas para los mayas cuyas entradas son portales muy pequeños. Por otro lado, están las pirámides que se crearon con fines astronómicos. Este complejo también estructurado y sofisticado da seña de una cultura avanzada que no queda más que darle el reconocimiento que se merece como patrimonio cultural de la humanidad.