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Valle de Bravo, paraíso mexiquense para la acción y la aventura

Valle de Bravo se ha transformado, con el paso del tiempo, en un lugar de visita obligada para quienes buscan un espacio para la relajación y el descanso en el Estado de México. Las bendiciones naturales de Valle de Bravo, la notable promoción turística que recibe y la eficiente infraestructura turística con la que cuenta, son factores que hacen de este Pueblo Mágico un lugar idóneo para el descanso.

Puedes recorrer su bello centro, visitando sitios como la Plaza Independencia, donde se encuentra la Iglesia de San Francisco de Asis. También puedes visitar el Templo de Santa María Ahuacatlán, donde se halla una imagen de un Cristo Negro que es considerado milagroso. Cerca del centro de este sitio se encuentra también el Centro Cultural Joaquín Arcadio Pagaza, ubicado en la calle Alameda. Este sitio se ubica en la que fuera casa de uno de los poetas más importantes de México, y en donde también se muestran obras de arte realizadas por artistas locales y de renombre. Antes de llegar al embarcadero principal, puedes visitar la Casa de la Cultura, en la cual se realizan exposiciones de pintura, fotografía y se imparten cursos de Música, Artes Plásticas, Danza y Pintura.

En Valle de Bravo se pueden hallar varias ofertas de alojamiento y de hospedaje. Son encantadoras las calles de esta comunidad mexiquense con sus construcciones de adobe, madera y ladrillo, de muros blancos, portales y balcones. El clima de esta parte del territorio mexiquense es estupendo, y destaca la profusa vegetación montañosa que hace del lugar un ámbito privilegiado para la aventura.

Y es que si bien Valle de Bravo es excelente para el descanso, también lo es para los deportes extremos, por su riqueza silvestre y las favorables condiciones turísticas con las que cuenta. Valle de Bravo tiene un hermoso lago que surgió por el embalse de la Presa Miguel Alemán, la cual se presta mucho para el esquí, el veleo y la navegación.

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