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Vamos a visitar el Cañón de Fernández, Durango

Quien contempla por vez primera este fascinante lugar, solo advierte un cañón en medio del desierto, pero conforme uno se interna en él, se revela como un área idónea para el desarrollo vital de muchos animales y plantas.

Dos ambientes naturales se combinan en esta zona del estado de Durango: por un lado el desierto seco, entorno áspero y rebosante de espinas, y por otra parte, el Río Nazas, con caudales que superan los cuatro mil metros cúbicos por segundo, factor que lo torna propicio para constituirse en el hábitat de innumerables especies de flora y fauna.

Considerando la diversidad y prosperidad de esta microrregión, a mediados de la década anterior, esta área fue declarada como zona protegida bajo la denominación de Parque Estatal Cañón de Fernández.

Este destino turístico no solo ostenta una interesante vegetación, plena de sauces, ahuehuetes, álamos, sabinos y diferentes variedades de cactus, sino que también alberga hasta 581 especies animales, 25 de ellas endémicas. El hecho de que el Río Nazas transite por cerca de 200 kilómetros, en medio de este desértico territorio, favorece la presencia de 27 clases de peces.

Explorar Cañón de Fernández en Durango, puede ser una experiencia verdaderamente única, puesto que, además de ponernos en contacto con un sugestivo ambiente natural, nos ofrece la oportunidad de internarnos en sus parajes, practicando el ciclismo de montaña, la observación de los ecosistemas del lugar, o bien, ejercitándose en el kayak y el alpinismo.

A lo largo de esta ruta, no es raro hallar aguilillas pescadoras, o aguilillas de cola roja, así como también garzas blancas o grises.

La verdad es que, si se desea conocer superficialmente el Cañón de Fernández, lo más recomendable es viajar allí por carretera a bordo de un coche, pero si se busca tener una intensa vivencia de este destino turístico duranguense lo más adecuado es aventurarse por los caminos de terracería que se encuentran en la sierra montando una bicicleta de montaña o bien, caminar a lo largo de la ribera del Río Nazas.

Además, es interesante saber que el ecosistema de este parque natural, favorece el crecimiento del agave Victoria Reginaee, nombrado por los habitantes de la región como Noa, el cual es utilizado como planta de ornato.

Este curioso nombre le fue dado a tal variedad de agave, como un homenaje a la Reina Victoria de Inglaterra. El agave Noa tarda más de cuatro décadas en desarrollarse y actualmente es una especie vegetal en peligro de extinción.
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