La Campana es un sitio prehispánico que aparece en los registros de patrimonios arqueológicos nacionales desde la segunda década del siglo. La Campana es un sitio de gran importancia histórica y arqueológica. Este sitio se caracteriza por su singularidad en la región occidental de México y su relevancia en el estudio de las culturas prehispánicas que habitaron la zona.
La Campana fue ocupada principalmente por la cultura shaft tomb, también conocida como tumbas de tiro, durante el periodo Clásico Tardío (300-900 d.C.). Este periodo es reconocido por su complejidad social y ceremonial, así como por sus elaboradas prácticas funerarias.
El sitio cuenta con estructuras arquitectónicas como montículos piramidales, patios y plataformas que servían como bases para edificaciones ceremoniales y residenciales. Además, se han encontrado entierros asociados con la élite de la sociedad shaft tomb, así como objetos ceremoniales y cotidianos que proporcionan información invaluable sobre la vida y las creencias de esta cultura.
La Campana destaca por sus esculturas de barro, llamadas "comales", que representan figuras humanas y animales estilizados, así como por sus pinturas murales que decoraban las paredes de las estructuras. Estas manifestaciones artísticas son evidencia del alto nivel cultural alcanzado por la sociedad shaft tomb.
El sitio arqueológico está abierto al público y cuenta con áreas de visita, senderos interpretativos y paneles informativos que guían a los visitantes a través de las ruinas y les brindan contexto histórico sobre la cultura shaft tomb y la importancia de La Campana en el panorama arqueológico de México.
La Zona Arqueológica de La Campana en Colima es un testimonio invaluable de la rica historia prehispánica de la región occidental de México. Sus estructuras, esculturas y pinturas proporcionan una ventana fascinante a la vida y las creencias de la cultura shaft tomb, y ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en el pasado ancestral de México.
Se ubica en las cercanías de la ciudad de Colima, en las proximidades de Michoacán y Jalisco. Este sitio fue el centro prehispánico con mayor número de habitantes en el Occidente de México. Gracias a diferentes estudios se conoce que algunos de los rasgos de este antiguo asentamiento en el estado de Colima, lo relacionan directamente con la cultura teotihuacana en el periodo Clásico.
En el yacimiento arqueológico de La Campana han sido hallados restos de la fase cerámica nombrada como Capacha, la cual data del año 1500 a.
C. Sobresale la presencia de tumbas de tiro, ofrendas con piezas de cerámica, proyectos de drenaje pluvial, y un centro religioso administrativo con muchos monumentos. Los hallazgos realizados por los arqueológicos en La Campana durante décadas, fueron finalmente exhibidos en 1995.
Los españoles hallaron el sitio prehispánico de La Campana en 1524, cuando esta última eta nombrada como Almoloyan, es decir ?lugar entre dos ríos?.
No obstante los orígenes de La Campana se remontan a fases muy tempranas, puesto que existen evidencias de la fase cerámica llamada como Capacha, particular del Periodo Preclásico Temprano de Mesoamérica. El periodo de mayor desarrollo para
La Campana, aconteció entre los años 700 y 900 d.C.
Cabe mencionar que La Campana es solo una parte de lo que en otros tiempos fuera un asentamiento precolombino mucho más grande, cuyo nombre se considera que fue Almoloya.
Era un núcleo de control religioso, económico y político de enormes dimensiones. Sin embargo, en el siglo XVI los franciscanos y los moradores de la zona usaron materiales extraídos de las estructuras prehispánicas para edificar sus propios edificios. No fue sino hasta los comienzos del siglo XX cuando José María Gutiérrez y Miguel Galindo Velasco, cada uno de por su parte, desarrollaron actividades de protección y estudio científico del lugar.
La zona prehispánica de La Campana se despliega en nuestros días sobre una extensión de 134 hectáreas en un espacio delimitado por el Río Colima y el arroyo Pereira.
Es preciso señalar, sin embargo, que en la actualidad, los investigadores han podido estudiar apenas el 1 por ciento de la totalidad del yacimiento. Al tratarse de un antiguo centro administrativo y de culto, el lugar cuenta con construcciones monumentales, plataformas en forma rectangular con niveles superpuestos, pirámides escalonadas que fueron usadas como bases para grandes recintos y patios ceremoniales, además de muchas otras construcciones.
En este sitio arqueológico, también pueden identificarse numerosos petroglifos, en varias plazas y patios, en cuyos espacios interiores hay estructuras de diversos tamaños.
En el área central del sitio, orientada al norte, hay una gran avenida de 4 metros de ancho y con elevados muros laterales de piedra. También aparecen construcciones habitacionales y un pequeño juego de pelota. Cómo llegar al sitio arqueológico de La Campana
El yacimiento prehispánico de La Campana se localiza a un costado de la Avenida Periférico Norte, entre el Tecnológico de Colima y el Arroyo Pereira, al noroeste de la capital de Colima.
La ubicación y la distribución de las estructuras de La Campana se basan en un específico proyecto urbano.
Sobresale por sus dimensiones monumentales el centro administrativo ceremonial del sitio, puesto que se encuentra integrado por varias plataformas superpuestas, y en su parte superior hay restos de recintos religiosos y con fines habitacionales. También ostenta un sistema de drenaje para darle salida a las aguas pluviales. Actividades a realizar en el sitio arqueológico de La Campana
Diferentes entierros han sido hallados en las exploraciones realizadas en La Campana y gracias a estos descubrimientos, se ha podido profundizar en el conocimiento acerca de las costumbres funerarias de los indígenas que habitaron esta antigua ciudad.
Es curioso el hecho de que los esqueletos encontrados carecen de manos, pies y caja torácica. Este sitio arqueológico debe su nombre a un cierto montículo parecido a una campana que existe en el lugar. La Campana es uno de los yacimientos arqueológico que mejor nos ayuda a comprender el nivel de desarrollo que tuvieron las antiguas culturas del Occidente de México.