El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Izapa, Chiapas

Nota sobre Izapa, Chiapas
Hogar del árbol de la vida que representa la cosmovisión del mundo maya

Fundado alrededor del año 1,500 a.

C., Izapa fue el centro ceremonial, político y religioso más importante de la costa del Pacifico durante casi mil años. Su importancia derivaba tanto de factores comerciales como por ser centro religioso de la región. Por un lado, su posición favorecía las migraciones y el tráfico de jade, cacao y obsidiana. Pero sus restos no cobijan estructuras espectaculares ni pinturas famosas, como otros yacimientos ya que perdió mucha importancia durante el periodo Clásico de los mayas.

Izapa, habitada inicialmente por gente de filiación mixe-zoque, inició su desarrollo alrededor del 600 a.

C. y alcanzó su hegemonía como centro regional hacia el periodo Preclásico superior, debido, en gran medida, a las características climáticas en que se asentó, sobresaliendo el suelo fértil y la humedad alta, lo que permitía crear sistema de agricultura intensiva y la concentración de excedentes.

La situación y planificación de su centro ceremonial está plagada de referencias astronómicas, hasta el punto de que muchos arqueólogos sostienen que Izapa jugó un papel clave en la construcción de los calendarios mesoamericanos y, en particular, del calendario maya.

Su misma orientación sobre un eje ligeramente desviado del norte geográfico y su alineación con el volcán Tacaná han hecho concluir que sus mejores estructuras y pirámides para la observación astronómica coinciden con el ocaso del solsticio de invierno en el hemisferio norte.

La antigua ciudad de Izapa fue explorada por Matthew Stirling en 1935; por Philip Drucker, del Smithsonian Institution, en 1947 y 1948; además fue inspeccionada por Eulalia Guzmán en 1935 y 1944.

Hay varias estelas que narran algunos de los mitos que se recogen en el Popol Vuh.

La zona arqueológica es bastante amplia, tiene una extensión de dos kilómetros y consta de grupos principales de montículos.

Hoy sólo es posible visitar el Conjunto F, al norte de la carretera a Talismán, el área más restaurada, que agrupa a la mayoría de las estelas y esculturas pétreas.

Los Grupos A y B, situados al sur, son accesibles por caminos de terracería, pero la zona está cubierta de vegetación. La mayoría de las estelas están en estos grupos A y B que son los que corresponden a la ocupación Preclásica del sitio.

Izapa tuvo más de 160 edificios entre pirámides y plataformas de hasta 22 metros de altura.

Hoy, la pirámide más grande es el montículo 60 que mide aproximadamente 105 metros cuadrados y tiene una altura de unos 22 metros, que se encuentra en el grupo H del sitio.

Otro monumento importante es el Montículo 30 A, situada en el grupo B, que es una pirámide escalonada de alrededor de diez metros de alta, también empleada con propósitos religiosos y rituales.

Probablemente tuvo dos juegos de pelota en dos áreas abiertas, pero se sigue discutiendo si fueron empleadas para este juego ritual o con otro fin.

También hay 252 monumentos de piedra, la mayoría esculpidas y 89 estelas grabadas con escenas religiosas.

De hecho, la peculiaridad de Izapa son sus esculturas, hasta el punto de que se habla de un estilo propio, una cultura izapeña influida por los olmecas de la costa del golfo, pero con características especificas que se extendieron a otras regiones de la costa de Chiapas y Guatemala.

La escultura izapeña, básicamente religiosa en su origen, registra eventos míticos e históricos, así como conceptos religiosos y cosmogónicos.

El sitio cuenta con numerosos monumentos.

Los más simples son las esferas de piedra colocadas sobre columnas, posibles representaciones solares. Después hay esculturas exentas, como el monolito que representa a un enorme jaguar con las fauces abiertas devorando un hombre.

Hay alrededor de 89 estelas, 38 de las cuales tienen algunas superficies talladas.

Hay preciosos ejemplos. Así, la estela 1 describe a una deidad de agua con la mandíbula prominente y largos labios característicos de Chaak, el dios de la lluvia en el arte clásico maya, capturando peces.

La estela 2 ilustra una escena de la leyenda maya del origen del Popol Vuh, según la cual los héroes gemelos golpeaban a un falso dios guacamayo provocando que perdiera sus enjoyados ojos, su pico y sus dientes.

Desanimado por esta pérdida, el dios guacamayo murió. Según el Popol Vuh, Zipacna, el hijo de Gaucamayo Siete mató a cuatrocientos familiares de los héroes gemelos, por lo que ellos engañaron al gran cocodrilo para que se arrastrara bajo la montaña Meauan y se convirtiera en piedra.

La estela más famosa es la nº 5, o del Árbol de la Vida, que muestra a un ente supremo construyendo el Universo y la relación de éste con la tierra, el fuego y el agua.

Esta estela se puede visitar en el Museo Arqueológico de Soconusco, localizado en la ciudad de Tapachula En la región de Soconusco, Chiapas, entre cálidos paisajes naturales que arrancan en la depresión, se multiplican en la sierra madre y culminan en la llanura costera, existe una joya escondida junto a los cafetales y los cultivos de cacao. Una joya todavía no suficientemente valorada: el sitio arqueológico de Izapa. Algunos consejos útiles en tu visita Calzado

Lleva calzado cómodo, preferiblemente deportivo, pantalón largo de preferencia de algodón, camisa de manga larga, así como un palicate o sombrero.

Recuerda que estarás dentro de la selva, y deberás traer repelente de mosquitos. El Tiempo

Antes de llegar infórmate sobre las condiciones meteorológicas y elige el mejor momento.

Respeta

Recuerda la importancia de respetar y mantener limpio y en condiciones, el espacio que estás visitando.

Cómo llegar

De la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez, a Tapachula, por vía aérea el tiempo de recorrido es de 40 minutos; mientras que por vía terrestre, el viaje consiste en 420 km, es decir, un tiempo promedio de 5 horas y media.

Una vez en la ciudad de Tapachula, localidad más cercana a Izapa, la distancia es de 13 km; el tiempo de recorrido es de 10 minutos.