Desde hace muchos años Río Lagartos, así como los puertos en sus proximidades, tiene un hechizo particular, un conjunto de atractivos que nos hacen olvidar las presiones de la vida urbana y nos acercan a la naturaleza a un nivel insospechado.

Al explorar el puerto en cuestión se podrá conocer la reserva ecológica que incluye, además de una comodidad rústica y encantadora, que nos permite tener una profunda experiencia ecoturística imposible de olvidar. Estamos en Río Lagartos, Yucatán, territorio del formidable flamenco rosado.

Efectivamente, Río Lagartos es célebre por los 20 mil flamencos rosados que arriban al lugar entre enero y septiembre para completar su reproducción.

Pero además también es el sitio donde llega la tortuga marina entre junio y agosto para poner sus huevos en la tibia arena. De la misma manera más de 250 variedades de aves llegan periódicamente a la reserva mencionada, haciendo del lugar un destino incomparable para el avistamiento de aves.

En años recientes se han reportado en la reserva natural de Ría Lagartos, por parte de las autoridades, cerca de 15 mil nidos de flamingo, lo cual equivale más de 30 mil de estas aves protegiendo sus huevos, en especial a los primeros polluelos que han emergido del cascarón y que se perfilan como el futuro de esta bella especie.

Muchos flamencos rosados de los que habitan en Río Lagartos vuelan a diferentes partes de la península yucateca, pero también llegan hasta Texas, Cuba y la Florida.

Un consejo pertinente en cada ocasión que se visite Río Lagartos, Celestún y otras zonas silvestres donde habitan los flamencos rosados es respetar al máximo su entorno.

De ese modo se podrá apoyar la continuidad de esta especie, de la cual dependen varias otras siempre y cuando no se dañen los ecosistemas que aprovechan los flamingos para alimentarse y hacer sus nidos.

Cuando se aproxima un periodo vacacional y este fenómeno de la naturaleza comienza a atraer la atención de los veraneantes, quienes tengan el privilegio de admirar a los flamingos rosados de Río Lagartos, deben hacerlo con total responsabilidad y valorando la importancia que tienen estas aves para el equilibrio de la biodiversidad local.

Por ejemplo, los aficionados al ecoturismo y a la observación científica de las especies pueden admirar a los flamingos pero a una distancia prudente.

De esa manera no molestarán a las aves y se evitará inquietarlas para que no choquen entre ellas o lastimen a sus crías al huir.