Hacienda Zimpizahua, Veracruz
Una de las haciendas con mayor hermosura y tradición en el país, es la de Zimpizahua.
La cual fue una propiedad de uno de los militares más cercanos a Hernán Cortés, Pedro de Orduña. Además, se cuenta que en esta hacienda fue donde se recibieron y plantaron los primeros cafetos que llegaron a tierras mexicanas. En la actualidad la Hacienda Zimpizahua se ha transformado en un hotel que, si bien es sencillo, resulta agradable por contar con hermosos senderos para bicicleta.Existen referencias de Zimpizahua desde los tiempos prehispánicos, puesto que desde 1116 se tiene noticia de que los otomíes fundaron las poblaciones de San Marcos y la propia Zimpizahua.
Mucho después, ya en tiempos de la Colonia, en 1547, el entonces Virrey de la Nueva España, Antonio de Mendoza, firmó un documento donde aparece escrito el nombre de Zimpizahua- el cual tiene origen náhuatl-, para referirse a esta zona del actual estado de Veracruz.Por aquellos mismos años fue construido un enorme acueducto, para dinamizar la molienda de caña de azúcar.
Cabe destacar que este formidable acueducto sigue funcionando en la actualidad. También es importante referir que el primer propietario de la Hacienda Zimpizahua fue Antonio de Reinoso, otro soldado muy cercano a Hernán Cortés. Qué visitar en la Hacienda ZimpizahuaLa Hacienda Zimpizahua se localiza en un entorno de enormes bellezas y admirables recursos naturales.
En sus cercanías hay bosques, ríos, reservas ecológicas y cascadas, así como también museos, centros de venta artesanal, pueblos para recorrer a pie, librerías, teatros, espacios para la práctica de deportes, y un ambiente rebosante de tradiciones y fiestas artesanales.Vale la pena disfrutar del restaurante de la Hacienda Zimpizahua.
Allí se sirve la tradicional trucha Zimpizahua, la cual es una de las especialidades de la casa. El secreto de su delicioso sabor, es que la carne de este pescado se empapela y baña en salsa de jitomate, con epazote, acuyo y algunos ingredientes secretos del sitio. También es aconsejable probar los mariscos y pescados de este restaurante. Ofrecemos dos sugerencias adicionales: los aguacates rellenos y los camarones al gusto. Para las personas de hábitos saludables recomendamos el menú vegetariano. Cómo llegarLa Hacienda Zimpizahua es una propiedad de tipo cafetalero y se localiza en el kilómetro 3 de la carretera Coatepec-Xico, Veracruz.
Información relevanteEn el siglo XX la Hacienda Zimpizahua fue propiedad de Antonio Solórzano Solchaga, quien fuera cuñado de Lázaro Cárdenas.
Solórzano la vendió a los hermanos Pasquel. No obstante, por problemas fiscales, el gobierno se quedó con ella y en 1929 fue adquirida en subasta pública por Joaquín Alcántara, un connotado militar.En 1941, Cárdenas visitó la Hacienda Zimpizahua con el objetivo de recuperarla para su cuñado, pero al tratar a Alcántara, Cárdenas decidió que era una persona honorable y que la propiedad no podía quedar en mejores manos.
En los inicios de la década de 1990, con la caída del precio del café y de los productos agrícolas en general, la hacienda buscó la manera de darle un giro a sus actividades productivas. Fue de esta manera en la que se convirtió en un establecimiento de hospedaje, en sus inicios, con solo ocho habitaciones. Cinco años antes, acaso presintiendo una posible catástrofe financiera para el giro agrícola, la Hacienda Zimpizahua se había lanzado como restaurante. No existe una manera más recomendable de degustar el sabroso café de la región que hacerlo en la Hacienda Zimpizahua, ya que la primera planta de café que fue cultivada en México, se cosecho justamente en la Hacienda Zimpizahua. Es un cautivador lugar del estado de Veracruz en el que los viajeros y turistas podrán descansar y divertirse a sus anchas Actividades a realizarEn las cercanías de la Hacienda Zimpizahua se presentan dos comunidades fascinantes.
Una de ellas es Coatepec, uno de los famosos Pueblos Mágicos, que sobresale por su tranquilo ambiente y su hospitalaria proyección. Por otra parte, se debe mencionar al pueblo de Xico, muy conocido por sus antiguas tradiciones, en las que aún se puede gozar de la nostálgica visión campirana de los caballos transitando por sus calles empedradas y la amigable gente de la zona.