El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Los elementos principales de la Ofrenda de Muertos

Si hay una tradición de gran relevancia para los mexicanos, una costumbre por demás arraigada en la idiosincrasia nacional, es la de la ofrenda de muertos.

Es una práctica de orígenes prehispánicos que sirve para homenajear a esas personas importantes en nuestra vida que han fallecido y que descansan en el Más Allá. Y aunque la ofrenda del Día de Muertos es montada de acuerdo a los hábitos y preferencias de cada familia, hay algunos elementos esenciales que todas ellas incluyen.

En lo que sigue les comentaremos cuáles son esos elementos y el significado que tienen de acuerdo al sentido del Día de Muertos.

Agua

Simboliza la fuente de vida que se ofrenda a las almas de los finados para saciar su sed, tras el arduo tránsito que tuvieron que completar desde el Más Allá al ámbito de los vivos para hacerse presentes el Día de Muertos.

Sal

Se trata de un medio de purificación y tiene como objetivo que las almas no queden viciadas mientras permanecen en el mundo de los vivos, durante su festejo, antes de retornar al Más Allá.

Velas

Sirven para iluminar la ruta que siguen las almas de nuestros seres amados que han fallecido, desde ultratumba y hasta los hogares donde habitaron en vida.

En numerosas comunidades indígenas cada vela representa un finado, esto es, la cantidad de velas que habrá en el altar dependerá de las almas que pretenda recibir esa familia en específico. Copal

Elemento aromático que era ofrecido por los indígenas prehispánicos de México a sus deidades.

Actualmente se usa para purificar el sitio donde se encuentra instalada la ofrenda, protegerla de los malos espíritus y facilitar que el alma pueda ingresar a su antiguo hogar sin problema alguno. Flores

Embellecen y llenan de gratos aromas el sitio donde la ofrenda se encuentra.

Ayudan a que el alma del difunto se sienta complacida en su visita al mundo de los vivos por motivo del Día de los Muertos. En algunos Estados de la República se sigue la costumbre de poner caminos de pétalos que tienen como objetivo orientar al finado desde el panteón y hasta su ofrenda. Petate

Se agrega a la ofrenda con el propósito de que el difunto repose y recupere fuerzas por su dilatado peregrinar de un mundo al otro.

, También para que sirva como una especie de mantel para los alimentos incluidos en la ofrenda. Pan

Es un alimento que apunta a un fraternal ofrecimiento.

Es uno de los elementos de mayor valía simbólica de toda la ofrenda. También hace referencia a prácticas rituales prehispánicas e importantes figuraciones de la religión católica. Retratos

Si bien se acostumbra incluir un retrato del fallecido, este objeto debe quedar oculto, de modo que solo pueda admirarse como a través de un espejo para dejar en claro que al ser amado se le puede ver- aún tan solo como imborrable evocación- pero ya sin existir, sin tener presencia en el ámbito de los vivos.

Platillos

En los pueblos y comunidades rurales de México se acostumbra incluir en las ofrendas guajolote, gallina, pollo o cualquier otro platillo que fuera de los favoritos del finado.

Las ofrendas de muertos suelen tener diferentes guisos de los que más gustaba la persona fallecida. Calaveritas

Las tradicionales calaveritas de azúcar o amaranto aluden a la permanente presencia o posibilidad de la muerte en la vida de los hombres.

Licores

Los licores incluidos en las ofrendas del Día de Muertos sirven para rememorar los eventos más importantes en la vida de la persona que ha muerto y con ello tenga deseos de volver al mundo de los vivos para celebrar el Día de los Muertos con sus familiares.