Las actividades relacionadas con la minería fueron durante largo tiempo, el principal motor económico en México y en España.

Las cantidades de oro y de plata que se extrajeron de las minas del país, fueron tan cuantiosas que sirvieron para financiar grandes planes bélicos y amasar enormes fortunas, tanto en el interior de la Nueva España como en el extranjero.

Haciendas enfocadas a la minería, quedan muy pocas en nuestro país, en especial considerando que México ha estado reconocido desde siempre como uno de los principales productores de plata en todo el mundo.

En el Pueblo Mágico de Huasca de Ocampo aparecieron cuatro importantes haciendas mineras. Todas ellas surgieron en 1700, y tres de ellas fueron propiedad del célebre Conde Regla, un personaje del que se dice arribó pobre a la Nueva España y con sus haciendas llegó a obtener una gran fortuna.

Las haciendas mineras del Conde Regla, en Huasca de Ocampo fueron: la Hacienda de Santa María Regla, abierta al público a manera de monumento histórico; la Hacienda de San Antonio Regla, misma que se encuentra sumergida en las aguas de una presa y la Hacienda de San Miguel Regla, la cual en la actualidad funciona como hotel.