Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, Jalisco
Las torres originales de la basílica se derrumbaron en 1725 y fueron reemplazadas por otras que se terminaron de erigir en 1734.
Estas últimas se definen por sus relieves de motivos vegetales y ángeles revoloteantes, jarrones y pilastras estriadas. Es un referente visual para quien contempla a la distancia a la ciudad de Zapopan.La proyección simbólica que ofrece este edificio monumental es patente: la basílica abre sus portales, para recibir a los feligreses que se internan fieles en la materna morada.
Las torres elevadas y achatadas, los largos brazos de sus portalerías, exponiéndose generosamente, parecen representar al ser que protege y ampara en maternal abrazo. El estilo arquitectónico de la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, es una obra maestra de la modalidad tapatía, edificada con esa cantera jaspeada de tonalidad clara que caracteriza al Valle de Atemajac. Además, la Basílica de Zapopan, se distingue por contar con una decoración exuberante, pero en cierto sentido superficial, detalle típico del plateresco, pero en este caso, aplicado a un edificio plenamente barroco. Es preciso alabar la monumental estampa del conjunto y la armoniosa proporción entre la fachada y las torres que ostenta.