Fin de semana en Cuetzalan, pueblo mágico en Puebla
El disfrute de un paseo a esta comunidad poblana inicia desde que se transita por carretera.
Se trata de una ruta sinuosa que nos lleva por la sierra, en un ambiente de profusa vegetación y cautivadores paisajes montañosos.Muy temprano, los rayos del sol difuminan la niebla de la noche, para hacer surgir ante nuestra mirada una comunidad sumamente pintoresca, con sus calles empedradas, sus blancos muros y techumbre de rojas tejas.
Pero el encanto de Cuetzalan no se agota en ello. Aun cuando sea una faceta turística que ha sido explotada más recientemente, en las cercanías de Cuetzalan se encuentran varios hoteles enfocados al ecoturismo en donde se puede, además de reposar, experimentar un contacto pleno con la naturaleza, con algunas poblaciones indígenas y para divertirse con los deportes de aventura más populares.En los alrededores de Cuetzalan se ubican ríos, barrancas, cascadas, grutas y muchos otros atractivos naturales, en donde se pueden practicar el senderismo, la bicicleta de montaña, las cabalgatas, el rappel, la espeleología y el camping.
Otras alternativas de diversión extrema en los espacios silvestres de Cuetzalan son el salto de tirolesas, las piedras colgantes, puentes de cuerda y muros para escalar.De entre los paisajes más visitados por los viajeros de fin de semana en Cuetzalán, sobresalen la cascada de Las Brisas o la Cascada de Las Hamacas en San Andrés Tzicuilan.
También es interesante la gruta de Atepolihui muy segura y recomendable para ser visitada por el público. De la misma manera, para completar un paseo de fin de semana intenso en Cuetzalan, aconsejamos recorrer el sitio arqueológico de Yohualichan.Si se acude al centro del Pueblo Mágico de Cuetzalan, se puede observar el ritual de los voladores, en las proximidades del Templo de San Francisco.
Allí, los fines de semana se coloca en los alrededores del templo un tianguis muy agradable en donde los turistas pueden conseguir productos de la región como excelente café y antojitos como cecina, tlacoyos, y el rico aguardiente local, denominado como Yolixpan.