Paisaje agavero y antiguas instalaciones de Tequila en Jalisco
Se trata de un paisaje, cultura, ubicado entre las referencias del volcán de Tequila y el Valle de Río Grande.
Abarca un área de 34,658 hectáreas, en las cuales el cultivo principal es el agave. Esta última es una planta que desde tiempos antiguos es usada para la elaboración de distintas bebidas fermentadas, entre las cuales destaca el famoso tequila.El área del paisaje agavero y antiguas instalaciones de Tequila incluye los campos donde se cultiva el agave azul y las comunidades de Tequila, Arenal y Amatitán, donde, de manera tradicional se realiza la fabricación del tequila y en donde se preservan instalaciones que datan de los siglos XVI al XIX.
En la zona pueden hallarse también interesantes restos prehispánicos como los de Guachi montones, los cuales están relacionados con una importante cultura precolombina que tuvo su momento de mayor esplendor en el período clásico, esto es entre los siglos 200 al 900 d.C.El paisaje agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila fueron inscritos en los registros de la UNESCO el 12 de julio de 2006.
Integran uno de los atractivos turísticos más relevantes de Jalisco. La categoría que manejó la UNESCO para esta distinción fue la de paisaje cultural.Los valores y criterios de inscripción que fueron considerados en este caso son: el atestiguar un intercambio de valores humanos considerable, ser una muestra sobresaliente de un conjunto arquitectónico o un tipo específico de construcción, una muestra tradicional de interacción con el medio o de interacción de los seres humanos con el medio y finalmente, tratarse de un elemento vinculado con acontecimientos o tradiciones de relevancia excepcional o universal.
De acuerdo a los criterios mencionados se hace patente que, el paisaje agavero y las antiguas instalaciones industriales de Tequila, cumplen cabalmente con lo especificado.
En primer lugar, porque exponen singulares propuestas arquitectónicas-industriales, así como también exponen los estilos arquitectónicos más cultivados en los siglos del XVI al XIX, pero además, porque nos dejan ver la manera armoniosa en la que los habitantes de la región de Tequila supieron aprovechar respetuosamente su entorno, en un intercambio que benefició al medioambiente y el paisaje del lugar.