No debe pensarse que los viajes en solitarios son menos disfrutables que los viajes que realizamos en compañía de amigos, familiares o nuestra pareja.

Por ciertas circunstancias de la vida, por cuestiones de estudio o trabajo, es necesario viajar sin compañía, a veces a lugares muy distantes y no por ello debe anticiparse una amarga experiencia. Para comprobar lo anterior, vamos a comentar algunas de las razones acerca de por qué en ocasiones vale la pena viajar solo. Libertad viajera

Cuando uno viaja solo no debe rendirle cuentas a nadie, ni en lo que se refiere a horarios, visitas o cualquier otro detalle.

Con ello se tiene una vivencia total de libertad viajera a veces nunca antes experimentada. Superar temores e inseguridades

A veces son ciertos temores, prejuicios sin fundamento, los que nos hacen no emprender un viaje en solitario.

La experiencia de realizar una travesía de esta clase, es un modo de superar estos obstáculos interiores y así no solo ser mejor viajero sino también mejor persona. Tiempo para pensar

Otra de las ventajas de viajar sin compañía es que así se tienen el tiempo suficiente para pensar acerca de los problemas propios.

Visitar sitios atractivos lejos del sitio propio de residencia, nos aleja de los problemas y nos refresca la mente para poder solucionarlos al volver a casa. Darle rienda suelta a las preferencias propias

Un detalle final que se debe tomar en cuenta para el caso de viajar solo, un aspecto también positivo, es que no tenemos que adaptarnos a las preferencias y gustos de otras personas: uno puede viajar a su antojo, alojarse donde le parece más conveniente, comer lo que le gusta y divertirse de acuerdo al libre albedrío, sin tener que ocuparse o preocuparse de lo que elija algún acompañante.