Tradiciones de los pueblos michoacanos

En las cercanías del volcán Paricutín, existen pintorescas comunidades, en donde se respetan y mantienen vivas fascinantes tradiciones.
En Charapan, por ejemplo, hallamos una población llena de magia.La carretera que llega a esta comunidad cruza por cientos de volcanes actualmente extinguidos y un paisaje verde y lleno de luz.
En Charapan se levantan la Parroquia de San Antonio de Padua y la Capilla de Santiago Caballero. Ambas construcciones datan del siglo XVII.Cada día 31 de octubre las fachadas de las viviendas se adornan y se elaboran ofrendas para los difuntos de las familias.
En cada casa se obsequian atole con buñuelos, café y tamales.Lo más asombroso de Charapan es contemplar a las familias tallar madera y construir una cruz en la puerta de su casa.
Una vez que terminan la confección de la cruz, la llevan al cementerio para dejarla en la tumba de su familiar difunto y bendecirla.También en el marco del Día de Muertos, en la comunidad de Zacán, en las casas se preparan los llamados nacatamales.
Estos últimos se preparan con carne de puerco, buñuelos y corundas con acelgas así como también aguacate de caña nombrado como charanda.Pero además en Zacán se construyen altares, que aluden a las actividades particulares del difunto.
Por ejemplo, si fue un panadero se le evoca con una panadería en miniatura. Quienes gustaban de la playa se les recuerda con estrellas de mar, cocos, y otros objetos relacionados con el mar.