Inaugurada en 1874 por la familia Guízar, la Dulcería de Celaya se encuentra en el mismo local que ha ocupado desde inicios del siglo XX.

Si bien en sus comienzos era sencillamente una distribuidora para los principales comerciantes de dulces en México, paulatinamente fueron adquiriendo las recetas manejadas por sus proveedores para que la familia Guizar preparara los dulces en el sótano mismo de su hogar.

Y así, entre cocadas, puerquitos, turrones, gaznates, jamoncillos, besos de nuez, mazapanes y muchos dulces más, nadie puede conformarse con degustar solo uno de ellos.

Penetrar el umbral de este sitio es como viajar en el tiempo a una época en la que los dulces eran un gusto menos culposo que en la actualidad.

Claro está, la oferta de golosinas de la Dulcería de Celaya también está determinada por esa sensación.

En este local se podrán hallar turrones almendrados, dulces de cajeta, pequeños buñuelos de canela, frutas deshidratadas con azúcar y muchas otras delicias que seguramente nuestros abuelos disfrutaban.

Se trata de un auténtico paraíso para los aficionados a los dulces artesanales.

Si estás de visita por la Ciudad de México o estás acompañando a un extranjero en un paseo por la capital, es una parada indispensable. La tradición es una noción que queda rebasada cuando se sabe que este negocio surgió en 1874.

El sitio es inconfundible con sus planchas de mármol, aparadores de madera de encino, piso de mosaico y abundante color dorado.

Allí podrás degustar cerca de 150 postres, en una diminuta, antigua y encantadora dulcería, de más de 126 años, que se proyecta como un referente del Centro Histórico capitalino. Visíta la Dulcería de Celaya en Avenida 5 de Mayo  num 39, colonia Centro, Ciudad de México. Horario: Lunes a domingo de 10:30 a 19:30 horas.

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