Veracruz es una ciudad encantadora: rica en tradiciones y con una costa deslumbrante.

Su historia se encuentra grabada en su arquitectura ya que durante más de 400 años fue la entrada principal desde España hacia México. La calidez de su gente también es algo para destacar; el veracruzano es por excelencia un anfitrión amable, dispuesto a ayudar al turista y hacerlo sentir como en casa. Además, su oferta cultural es amplia y la ciudad invita a ser recorrida.

Uno de los atractivos más populares es el fuerte de San Juan de Ulúa, construido en el siglo XVI.

Fue creado para proteger al puerto de los temibles ataques de piratas. A lo largo de su historia, sirvió como cuartel, penitenciaría y local comercial. Al día de hoy se conservan sus cinco baluartes, la rampa, los calabozos y el foso. En los calabozos hay una exposición sobre la historia y uso del faro. Es sin duda, una zona de leyendas.

El Acuario más grande de toda Latinoamérica sorprende a todo visitante con sus más de 20 peceras gigantes plagadas de especies de agua dulce y salada.

Sus cristales crean una vista panorámica, los cuales permiten al espectador sentirse parte del océano. En su interior cohabitan peces de miles de colores y formas, medusas, tiburones, pingüinos y delfines.El tiburón tigre, al cual se puede observar muy de cerca, es una de las atracciones más visitadas. Y el nado con delfines es el preferido de los niños.

La gastronomía veracruzana es reconocida a nivel internacional por ser una combinación de lo mejor de la cocina europea e indígena, y por su ubicación costera está plagada de pescados y frutos de mar.

Si te hospedas en algunos de los hoteles en Veracruz, en sus restaurantes podrás probar algunos platillos típicos como arroz a la tumbada, tamales, pescado a la veracruzana, pozole de camarones o chiles rellenos. Para quienes despiertan con resaca luego de una noche de fiesta, un cocktail muy famoso es el ‘Vuelve a la Vida’; hecho a base de camarón, ostión, jitomate, cebolla y salsa picante.

Recorriendo las calles principales del centro histórico, se encuentran los monumentos y edificios más importantes: el Palacio Municipal, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, el edificio de Correos y muchos otros que pueden ser recorridos a pie.

El Museo de Cera y el Histórico Naval ofrecen a sus visitantes visitas guiadas por sus salas.

A la hora de tomar un descanso todos recomiendan sus cafeterías.

La más famosa es La Parroquia, siendo el punto de reunión por excelencia del puerto. Es tal el sentido de pertenencia, que sus dueños han cambiado pero nunca se vende a quien no sea oriundo de la zona. En este café han merendado personajes importantes, como por ejemplo, el escritor Carlos Fuentes. ¡Impensable no degustar el tradicional café lechero!

Los lugareños siempre recomiendan dar un recorrido por la ciudad en el Tranvía y descender en los Portales.

Allí se pueden apreciar las creaciones de los artistas locales y disfrutar shows de bailes tradicionales. En el Malecón hay un Mercado de Artesanías donde se dan encuentro los mejores artesanos locales; sus obras son un amuleto para recordar a esta mágica ciudad. ¿Qué esperas para descubrirla?