El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Tula, cuna de la cultura tolteca

Nota sobre Tula, cuna de la cultura tolteca

Al sureste del estado de Hidalgo, se encuentra un pintoresco municipio que toma su nombre del árbol de tule.

Lo que a primera vista parece una apacible población atesora bajo su superficie una riqueza histórica y cultural que late con inusual fuerza. Tula de Allende no es sólo la ciudad donde nació la cultura tolteca, sino también un destino ideal para todos por la gran variedad de opciones de entretenimiento que ofrece.

Este verano, Tula de Allende recibe a los visitantes con atractivos turísticos únicos.

Aficionados a la historia de México, tanto prehispánica como contemporánea, fanáticos de la gastronomía mexicana e incluso los futboleros de hueso colorado encontrarán en Tula una ciudad dispuesta a recibirla con los brazos abiertos que invita a todos a descubrirla de primera mano y desentrañar todos los secretos que tiene para sorprender. Tula: un viaje al pasado

El Parque Nacional de Tula, declarado Área Natural Protegida en 1981, esconde de las miradas indiscretas a la Zona Arqueológica de Tula que vio el nacimiento, auge y declive de la civilización tolteca, y la majestuosa Zona Arqueológica da testimonio de su gran esplendor.

El imponente templo Tlahuizcalpantecutli, símbolo de la victoria de la luz sobre la obscuridad, vigila esta ancestral ciudad conocida en tiempos prehispánicos como “Tollan”. También se puede admirar el Palacio Quemado, el juego de pelota, la pirámide del Sol y el Coatepantli o Muro de Culebras. El viaje al pasado se completa con una visita al Museo Jorge R. Acosta y a la sala Guadalupe Mastache, que resguardan importantes piezas toltecas.

En esta línea cultural y avanzando hacia adelante en el tiempo, la visita a la Catedral San José es una experiencia ineludible por el mural modernista, único en su tipo, que corona el altar.

El teatro al aire libre de la ciudad también ostenta un impresionante mural, realizado por el artista Juan Pablo Patiño Cornejo y llamado “Tula Eterna”. Y para los aficionados al arte contemporáneo, las esculturas modernas de la Universidad Tecnológica de Tula forman el marco perfecto para un tranquilo paseo. Tula, el llamado de la naturaleza

En Tula, la naturaleza llama con particular volumen.

Para los que busquen un contacto profundo con la tierra, una visita al Cañón de las Adjuntas bastará para recargar energía. Los Peregrinos de Piedra, gigantescas formaciones de más de 6 metros de altura, cuidarán el paseo por este paraíso natural. A tan sólo 30 minutos del poblado de San Miguel de las Piedras se encuentran Los Órganos, otro paraíso natural cuyo río es perfecto para un chapuzón y sus llanuras idóneas para correr u observar la fauna y flora local.

Hablando de relajación, no hay nada como pasar una mañana entera en el Parque Acuático La Cantera y olvidar el estrés en sus albercas, toboganes y aguas termales.

Chicos y grandes son bienvenidos a descansar y divertirse en este parque acuático cuya fama va en aumento. Si esto no es suficiente, una visita al Spa Real del Bosque seguro acabará con cualquier tensión que deje la vida diaria. Tula, una ciudad para perderse

Tula es una ciudad que tiene atractivos para todos los gustos.

Simplemente hay que perderse en largos paseos a pie por el Andador Turístico Quetzalcoatl, renovado recientemente, para una experiencia turística única. Sin embargo, para capturar el espíritu de Tula de Allende es necesario probar la gastronomía local: un plato de barbacoa de borrego o de escamoles a la mexicana (con guacamole) acompañados de un vaso de pulque, la bebida de los dioses, conectará al buen comensal con las tradiciones de Hidalgo. De postre unas tunas y los garambullos típicos de la región.

Finalmente, ninguna visita a Tula está completa sin una vuelta por la Plaza de las Artesanías, en el centro de la ciudad.

Suntuosas piezas de yeso, barro, cuarzo, jade y concha, así como encapsulados en resina, esperan para deleitar al curioso.

Para más información, consultar http://www.

hidalgo.travel/