Hablar de Jalisco es hacerlo acerca de un territorio de comunidades pintorescas y cautivadoras para los viajeros.
Quienes se deciden viajar a Guadalajara, Zapopan o Puerto Vallarta, además de poder gozar de estos lugares-con todos los atractivos que los hacen tan famosos en el panorama turístico nacional-, tienen la opción de descubrir lugares cercanos, parajes silvestres y pequeños pueblos con su particular magia. Pasear por tales comunidades, de las que tenemos como muestra excelente la de Atemajac de Brizuela, es una experiencia única e inolvidable.Por ejemplo, los monumentos históricos más importantes de esta comunidad jalisciense son el Templo de San Bartolomé, con sus exteriores de piedra y sus interiores de proyección romana.
De igual manera sobresalen las construcciones sacras como por ejemplo, la casa del seminario o las capillas del Santo Santiago y del Señor del Ocotito, ambas de estilo novohispano.Por sus añejas tradiciones, fiestas populares y arraigadas costumbres, Atemajac sobresale enormemente.
Y es que ciertos pueblos de México ofrecen como su principal imán turístico, un conjunto de tradiciones y hábitos de vida, que nos deja ver los avatares de su historia y la nobleza de su continuidad en la provincia mexicana. No hay que dejar de lado la Presidencia Municipal o bien la sede de la Comunidad Agraria, relevantes, más por su significación social, que por sus méritos arquitectónicos. Lo mismo puede decirse del Monumento en Honor del Coronel Miguel Brizuela, héroe local, localizado en plena Plaza de Armas de la cabecera del municipio.Por lo que se refiere a las danzas, fiestas y tradiciones de Atemajac de Brizuela, vale la pena presenciar la Fiesta de San Bartolomé, misma que se celebra el día 24 de agosto; del mismo modo tenemos la Entrada de la Virgen de la Defensa, los días 6, 7 y 8 de septiembre.
Imposible no disfrutar en Atemajac del Día del Charro, el 14 de septiembre, en las vísperas de las fiestas patrias.La tradición de los jaripeos o exhibiciones charras es otro de los distintivos del pueblo jalisciense que les recomendamos visitar.
Por lo que se refiere al fin de año, también se organizan divertidas posadas y se montan grandes nacimientos para celebrar la llegada del Niño Jesús. En el caso de las posadas, estas fiestas terminan con la típica quiebra de piñatas, las cuales están rellenas de fruta, misma que al romperse la piñata y al caer, es consumida por los asistentes a la fiesta.