El estado de Jalisco es el máximo productor de agave azul en todo el orbe.
Con este último se fabrica una bebida nacional con denominación de origen, posiblemente la más famosa de nuestro país: el tequila.Existe un itinerario turístico denominado Ruta del Tequila, que nos permite conocer los antecedentes históricos y las tradiciones de las haciendas tequileras jaliscienses más importantes, por ejemplo, El Arenal, Amatitán, Tequila, Magdalena y Teuchitlán, desde el Volcán de Tequila hasta la impactante Barranca del Río Grande.
Esta interesante ruta, da inicio en Guadalajara, la capital del estado, en donde se recomienda alojarse por la enorme oferta hotelera con la que allí se cuenta.
Guadalajara es una ciudad excelente para vacacionar, por su hospitalidad con los visitantes, sus muchos atractivos culturales y para el esparcimiento, además, por supuesto, de su rica tradición culinaria.
Los visitantes disfrutan mucho pasearse por sus bellas avenidas arboladas y rebosantes de construcciones de gran valor estético, histórico y arquitectónico. Guadalajara es una urbe que ofrece diversión y descubrimientos a quienes le visitan, durante semanas enteras. Quien conoce la esencia de Guadalajara, se queda con una parte de ella dentro de sí, y casi siempre regresa por más.La llamada "Perla de Occidenteç2 es también la segunda urbe más grande y relevante de nuestro país.
A Guadalajara se le identifica junto con Monterrey y la Ciudad de México, como las tres ciudades más significativas para los negocios en México. Pero más allá de esto, la capital de Jalisco es un sinónimo de mexicanidad, en su folclor y tradiciones.La primera escala de la Ruta del Tequila, la tenemos en El Arenal, a 41 kilómetros de la capital jalisciense, sobre la carretera 15.
Es una comunidad de gran riqueza silvestre en donde se recomienda visitar las fábricas tequileras: Don Valente y Tequila Cascahuín, esta última inaugurada a principios del siglo XX, para el procesamiento del vino y el mezcal.La parada que sigue se ubica a unos 8 kilómetros del punto previo, sobre la vía antes mencionada, hacia Amatitán.
Allí se localizan otras importantes fábricas como la Hacienda de Oro, Tequila Miravalle, Tequila Tres Mujeres y la célebre Hacienda de San José del Refugio, en donde se elabora el Tequila Herradura desde finales del siglo XIX.Al finalizar esta parte del paseo, es aconsejable llegar a la comunidad de Tequila, punto obligado en esta ruta agavera.
Allí destacan el Museo Nacional del Tequila y sus excelentes hoteles en donde se pueden probar varios de los mejores platillos de esta región jalisciense. También se tiene la oportunidad, en Tequila, de conocer destilerías de gran renombre en esta zona del país. Tal es el caso de la Destilería Rubio, La Alborada, Tequila La Cofradía, Tequila Sauza y la de mayor antigüedad y prestigio, incluso a nivel internacional: Mundo Cuervo.Lo que sigue es la comunidad de Magdalena, a unos 20 kilómetros de Tequila.
Este pueblo es famoso por la obtención minera de piedras semipreciosas que allí se desarrolla. En Magdalena se obtienen ágatas, ópalos y turquesas y además, se pueden explorar, en recorridos guiados, las minas de Santo Niño de Ópalos y La Lupita.Luego de esta escala, hay que tomar el desvío que conduce a Etzatlán y posteriormente, seguir por la carretera 4 que nos llevará a Teuchitlán.
En esta comunidad sobresalen las presas La Lobera y De La vega, así como tesoros arqueológicos como su iglesia parroquial.Al visitar las fincas que se encuentran en esta parte de la ruta, se tendrá la oportunidad de conocer los procesos para la destilación del tequila, participar en catas y recorridos en las cavas, así como también, contemplar el corte de los agaves, procedimiento conocido como jima.
Llevar a cabo la Ruta del Tequila es gozar de los obsequios de estas tierras jaliscienses, sus muchos yacimientos prehispánicos y los fascinantes paisajes agaveros.
Es un privilegio para los visitantes de México y del mundo entero.Recomendamos asistir a la Feria Nacional del Tequila, que se realiza en los meses de noviembre y diciembre en el estado de Jalisco; recorrer las minas de ópalo, en las comunidades mineras de San Pedro de Analco, Hostopaquillo y la comentada Magdalena.
Finalmente, hay que explorar el sitio arqueológico de Guachimontes, uno de los más relevantes de esta parte del país.