Una de las principales atracciones del altiplano mexicano es la migración anual de la mariposa monarca, uno de los más grandes espectáculos de la naturaleza.
Cada año, entre 60 millones y un billón de mariposas emprenden el viaje desde el este de Canadá y hasta los bosques del centro-occidente de México, en un viaje que recorre más de cuatro mil kilómetros. Las mariposas hibernan agrupadas en pequeñas zonas de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, un área nacional protegida y reserva natural que cubre más de 500 kilómetros cuadrados.Las mariposas monarca llegan a México cada año a finales de octubre y pasan el invierno en las copas de los árboles, en las montañas de la reserva.
Su arribo coincide con el día de los muertos, uno de los días festivos más importantes en México. Durante la celebración anual a los difuntos, se cree que los familiares fallecidos regresan a casa, donde se les honra con banquetes, celebraciones y elaboradas ofrendas. De acuerdo con la leyenda, las mariposas monarca que llegan a México en estas fechas son en realidad las almas de los fallecidos que regresan a este mundo.Una vez que se encuentran dentro de los confines de la reserva, las mariposas monarca pasarán los siguientes cinco meses agrupadas cubriendo los troncos y ramas de los árboles, como una manta naranja y negra.
Cada grupo se compone por miles de mariposas y asemeja un gran panal. En ocasiones, el peso de las mariposas es suficiente para que las ramas se doblen o quiebren.Las mariposas monarca se reproducen durante los meses de febrero y marzo, justo antes de iniciar su migración de regreso al norte.
Durante esta temporada del año, las noches en los altiplanos del centro-occidente de México aún son frescas, pero el calor del sol obliga a las mariposas a separarse de sus grupos y así inician sus rituales de apareamiento. Las mariposas son más activas durante la temporada de apareamiento, y éste uno de los mejores momentos del año para visitar la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca.La Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca está seccionada en varias áreas, algunas de ellas abiertas al público de noviembre a marzo.
Los puntos de acceso más comunes para los visitantes en la reserva incluyen son los santuarios El Rosarito, Sierra Chincua, Cerro Pellón y Piedra Herrada.El Rosario, en Michoacán, es el área más grande, conocida y visitada en la reserva, y recibe a miles de visitantes todos los días.
El punto de observación de la mariposa monarca en el Rosario se encuentra a una altitud de 3 mil metros sobre el nivel mar, y se llega por medio de una empinada caminata por la ladera. En el Rosario, las mariposas viven en las ramas de los más de mil 500 robles que llegan a medir hasta 30 metros. Los visitantes de El Rosario frecuentemente se alojan en los poblados cercanos de Angangueo y Ocampo en el estado de Michoacán.Sierra Chincua es otra de las áreas concurridas de la reserva; aunque recibe a menos visitantes que El Rosario, implica una caminata menos agotadora que cualquiera de los santuarios.
Se encuentra sólo unos kilómetros al noreste de Angangueo, Michoacán.Los visitantes de la reserva que no puedan realizar la difícil caminata hacia lo alto del cerro pueden contratar los servicios de un guía adicional con un caballo para montar hasta los puntos de observación y de regreso.
No hay mucho que ver a lo largo de los caminos, y sólo cuando te acercas al punto de observación a lo alto del cerro las mariposas empiezan a aparecer revoloteando en lo alto y agrupadas en las ramas. De vez en cuando las ráfagas de viento azotan las copas de las arboles, causando que las mariposas echen vuelo simultáneamente, produciendo un sonido similar al de la lluvia sobre el bosque.Tal vez también quieras aprovechar para visitar el pequeño pueblo minero de Angangueo, ubicado cerca de los santuarios El Rosario y Sierra Chincua.
En febrero de cada año el poblado celebra el Festival de la Mariposa Monarca, que se realiza para concientizar a la gente sobre el hábitat de este insecto y alentar a las comunidades rurales de los alrededores a que colaboren en la protección y conservación de la reserva.Por el momento, estas magníficas criaturas continúan embarcándose en su migración anual hacia los bosques del centro-occidente de México.
Uno sólo puede esperar que se conserve la migración anual de la mariposa monarca para que los visitantes vengan a México a observarla durante muchos años más.