El entorno silvestre del sureste mexicano sería muy diferente si estas aves extraordinarias no engalanaran su paisaje natural con su inconfundible colorido.

Nadie disfrutaría contemplando su presencia mágica, con ese largo cuello elástico, sus sonoros graznidos y su hermoso plumaje rosado. Nos referimos al flamenco rosa, uno de los animales más representativos del Caribe Mexicano.

Para fortuna de todos quienes visitan reservas naturales como Ría Lagartos, en la Península de Yucatán, allí habita una impresionante colonia de miles de flamingos, fascinantes criaturas de los espacios silvestres en el sureste mexicano.

Los flamencos gustan de habitar en enormes bandadas y cuando emprenden el vuelo el cielo se cubre de negro, rojo y rosa y agitadas formas al viento.

El singular colorido de su plumaje, que va de un rojizo intenso, a un carmesí escarlata y de este al rosa, se debe ciertos pigmentos-parecidos a los de las zanahorias- que tienen las algas e invertebrados de los que se alimentan.

Por lo demás la Phoenicopterus ruber ruber- nombre científico del flamenco- es una de las aves más grandes y admirables de la zoología actual. Se trata de un animal de considerable estatura, que ronda entre los 1.12 y 1.22 metros y un peso de entre los dos y tres kilogramos.

Al flamenco, además del plumaje rosado, lo distinguen sus largas patas, cuerpo corto y curveado pico.

Las esbeltas patas que tiene le ayudan a vadear las aguas donde habita y el cuello largo le permite hallar alimento con facilidad en el lodoso fondo, aprovechando su pico dotado de ciertas estructuras filtradoras denominadas cerdas o lamelas. Se alimentan de algas microscópicas, larvas de insectos, de moluscos y crustáceos. Así también, los graznidos del flamenco son muy parecidos a los de los gansos.

Los flamingos llevan una vida monógama y no hay una diferenciación sexual muy definida, aunque los machos son un poco más grandes que las hembras.

Estas aves llegan a su madurez sexual a los tres años de esas y pueden llegar a ser bastante longevos. En estado silvestre pueden vivir en promedio hasta los treinta años y en cautiverio hasta cincuenta.

Se considera una de las aves vivientes de orígenes más primitivos, ya que se han descubierto evidencias fósiles del prehistórico flamenco Parascaniornis de los tiempos de Cretáceo, es decir, hace unos 135 millones de años.

Se piensa que estas aves primitivas habitaban en grandes regiones de lo que actualmente es Europa, Australia y América del Norte.