{En la capital mexicana es posible hallar lugares de enorme interés.
Algunos de ellos son incluso bastante escalofriantes debido a sus antecedentes históricos. Si hay alguna duda al respecto basta con conocer acerca de casas hechizadas de la Ciudad de México que debes conocer. }En efecto, no puedes perderte la oportunidad de visitar rincones de la capital del país que están colmados de leyendas.
Casa Moira Muchos la consideran como la construcción más hechizada de la CDMX. No es de extrañar que sea una de las edificaciones de mayor fama en la capital mexicana. Las leyendas cuentan que en la década de 1970 un niño ingreso a la Casa Moira, en apariencia abandonada, para explorar su interior. Tras adentrarse en un dédalo de pasillos y vacíos recintos se topó con una dantesca visión: el cuerpo de un infante colgando del techo. Aterrado, el niño escapó del lugar.Mucho tiempo después, cuando ya el niño era un joven, regreso a la Casa Moira para constatar si lo que observó alguna vez fue real.
Jamás salió de nuevo del lugar, ya que algunos días más tarde hallaron su cuerpo colgado del techo de una de las habitaciones, del mismo modo que él había descubierto alguna vez la misma horrenda escena.Casa Moira tiene como dirección José Vasconcelos 125 en la Colonia San Miguel Chapultepec.
Casa de la Tía Toña Por los rumbos más solitarios del Bosque de Chapultepec, en su Tercera Sección, se ubica en una misteriosa casona. Muchos dicen que para llegar hasta esta sombría mansión hay que transitar por aislados senderos y calles poco transitadas. En ese lugar habitaba Antonia, una mujer mayor, solitaria y acaudalada. Las leyendas nos dicen que en cierto momento decidió adoptar niños de la calle y los llevó a que habitaran con ella en su mansión.No obstante, los infantes, habituados a las pillerías de la vida callejera, comenzaron a robarle dinero y joyas.
Cuando Antonia se percató de ello, se llenó de ira y un funesto día les quitó la vida a todos esos niños. Los cadáveres fueron arrojados al fondo de una pequeña barranca.Se dice que todavía se oyen en lo profundo del bosque las llantos de los chicos y la severa voz de la Tía Toña regañándolos en las sombras.