En las periferias del centro histórico se encuentra una construcción extraña con la forma tradicional de una iglesia, pero constituida a base de hierro pudelado al más puro estilo de la torre Eiffel.
Se trata del Museo Universitario del Chopo, espacio cultural de arte alternativo que permite al visitante encontrar exposiciones fotográficas, ciclos de cine, talleres, obras de teatro y más expresiones artísticas.Esta extraña construcción es resultado de su época y tiene un pasado un tanto curioso: tras el éxito que significó la gran exposición mundial de París, Francia en 1889, toda ciudad que pretendiera presumir al mundo su avance hacia la modernidad, comenzó a realizar exhibiciones similares que permitieran incentivar la industria, el comercio y el incipiente turismo.
En México, Porfirio Díaz, deseoso de elevar la capital del país al nivel de las ciudades más desarrolladas de la época, envió comisionados a las mayores exposiciones de Europa con el fin de conocer más sobre sus avances e infraestructura.
Fue en 1902, en la exposición metalúrgica de Dusseldorf, Alemania, que comisionados mexicanos quedaron maravillados con la obra del arquitecto Bruno Mohrig, quien había diseñado un sólido edificio de hierro art nouveau que se podía desmontar.El inmueble desmontable de hierro fue comprado y embarcado por el empresario mexicano José Landero.
Después, fue trasladado por tren a la antigua estación de Buenavista, en la Ciudad de México, desde donde muy cerca se planeó la construcción.En 1903 comenzó su montaje.
Por su ornamentación de cristales y hierro, los capitalinos comenzaran a llamarlo ?El Palacio de Cristal?. En1910, el edificio participó en los festejos del Centenario de la independencia y albergó una importante colección de arte e industria japonesa.Para 1913, el edificio pasó a ser la sede del museo Nacional de Historia Natural, emulando a los importantes museos de Londres y Nueva York.
No obstante, a partir de los años cuarenta, el museo sufrió gran deterioro, tanto que, durante los años sesenta se utilizó como escenario para filmar películas de terror.Para 1975, el edificio pasó a formar parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue habilitado como museo de arte alternativo.
Pronto la zona circundante al Chopo devino un centro contracultural con jóvenes que portaban las modas más alocadas. Hasta hoy el sitio tiene más de treinta años como punto de reunión predilecto de rockeros, punks, darketos, emos, cholos, etc.Desde 2010, el museo fue ampliamente remodelado y sus exposiciones son vanguardistas y de alta calidad.
Si desean revisar la cartelera, no olviden visitar su página:La entrada al museo cuesta $30 pesos la entrada general, $15 estudiantes y maestros.
Los martes es entrada gratuita. Cómo llegarEl metrobús que recorre Insurgentes tiene una parada exactamente enfrente.
El metro más cercano es Revolución, en la línea azul. La dirección es Dr. Enrique González Martínez 10, Col. Santa María la Ribera.