En el noroeste de Sonora se encuentra una peculiar región volcánica que atrae la mirada del mundo entero: El Pinacate. Dominado por el dorado del desierto en que se encuentra, es una zona repleta de impresionantes cráteres volcánicos por los que el visitante puede pasear y ser testigo de la magnificencia de la naturaleza. Ya que su configuración hace pensar en la luna, ha sido centro de estudios y laboratorio para que el hombre comprenda al satélite natural de nuestro planeta.
Es el campo activo de dunas más grande de Norteamérica y presentado las inusuales dunas en forma de estrella.
En el área se encuentra un espectacular escudo volcánico, donde existen flujos de lava, conos cineríticos y los impresionantes cráteres gigantes tipo Maar.Aunque a primera vista se pensaría que en esa zona es imposible que exista vida, se distingue por la gran variedad de especies que allí habitan; de hecho, hay quienes aseguran que en sus cráteres se pueden admirar borregos cimarrones, especie en peligro de extinción. Una región natural que, por su relevancia histórica y ecológica, ha sido catalogada como Reserva de la Biosfera.
En el área se pueden encontrar más de 540 especies de plantas vasculares, 40 especies de mamíferos, 200 de aves, 40 de reptiles, además de encontrar también anfibios y peces de agua dulce.