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La historia de Zacatecas

El estado de Zacatecas es fascinante por muchos motivos, los cuales pueden ser comprendidos sin problema alguno al contemplar sus monumentos, calles más famosas, grandes plazas, avenidas principales y también por sus tradiciones y elementos culturales más representativos. Visitar estos lugares de la geografía zacatecana es como viajar en el tiempo y descubrir los fascinantes acontecimientos que se encadenaron para llegar a lo que actualmente es la entidad que les comentamos. No es de extrañar que miles de personas viajen durante el año a sus más importantes ciudades y pueblos mágicos para así conocer lo mejor de Zacatecas, quedándose con el deseo de conocer más y mejor de su gastronomía, su historia y su naturaleza. En los orígenes precolombinos de Zacatecas puede hallarse la presencia de la cultura agrícola de Chupícuaro, misma que también floreció en Guanajuato. Posteriormente llegaron allí indígenas chichimecas como zacatecos, tecuexes, guachichiles y cazcanes. Tras la llegada de los españoles y con la (ardua y difícil) interacción que se presentó entre indígenas y europeos, en 1546 se fundó la ciudad de Zacatecas por el español Juan de Tolosa. El nombre de {Zacatecas} quiere decir “sitio donde abunda el zacate”.

Y aunque se presentó una gran resistencia por parte de los indígenas de la región, lo cual derivó en violentos episodios, el desarrollo de la minería derivó en la transformación del árido entorno en una ciudad hermosa y uno de los principales centros sociales y económicos de los tiempos novohispanos, sólo por detrás de la Ciudad de México.

Zacatecas fue un escenario clave en la lucha por la Independencia Mexicana (en 1823 la provincia de Zacatecas fue declarada como estado mexicano libre y soberano) y también en el desarrollo de la Revolución Mexicana.

Al comienzo de los conflictos revolucionarios varios maderistas luchaban por la sucesión presidencial para así quitar del poder a Díaz.

Uno de los más importantes fue el zacatecano José Luis Moya, quien colaboró arduamente en ese sentido. Pero al conseguirse ese primer objetivo y no observar mejoras en las condiciones de vida de la población zacatecana, comenzó una segunda etapa de la participación de la entidad en las luchas revolucionarias, concentrada principalmente en mejorar la propiedad de la tierra, el establecimiento de una jornada laboral más justa, un mejor salario mínimo, etc. En este periodo sobresalieron zacatecanos ilustres como Pánfilo Nátera, Martín Triana y Gertrudis Sánchez.
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