Una casa del s.
XX para los dioses. Diego Rivera diseñó él mismo, con el apoyo de Frank Lloyd Wright, este impresionante espacio, el Museo Anahuacalli. Impresionante por su arquitectura, que fusionó la vanguardia con el estilo de los teocallis aztecas. Sorprendente por su contenido, la fabulosa colección personal del artista de piezas prehispánicas y arte popular mexicano.Al llegar, te sorprenderá primero la naturaleza que rodea el museo, alejado por definición de los circuitos culturales.
Y es que Diego Rivera donó una gran extensión de terreno como reserva ecológica. La segunda cosa que te sorprenderá es la gran plaza llena de esculturas de animales que te da la bienvenida. Te parecerá estar en el patio de un templo muy peculiar. Y al entrar esta sensación se hará más fuerte. Un espacio de piedra volcánica con la clásica bóveda maya, donde te recibe un altar muy particular. La luz entra por estrechos vanos de finísimas lajas de piedra. Mira a tu derecha, a tu izquierda, al techo. Pinturas y máscaras te observan. En una esquina, Tláloc, el agua. En otra esquina, Ehécatl, el viento.En dos niveles, el museo tiene salas dedicadas a las culturas mexica, teotihuacana, occidental y mixteca.
Los nichos de la pared exhiben vasijas, ánforas y deidades, pequeños personajes capturados como en una gigantesca casa de muñecas.El museo también exhibe las piezas de arte popular recopiladas por Dolores Olmedo en el Altar de Muertos que cada año le dedicó al artista.
Dirección del Museo AnahuacalliMuseo #150, Col.
Coyoacán. 04100